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Para qué sirve el propóleo líquido, en gotas, en cápsulas, etc.
Antibiótico natural y antiséptico muy potente
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Desde la antigüedad se han mencionado las propiedades del propóleo en la curación de las heridas u otras lesiones externas del cuerpo humano.
Seguramente los antiguos debieron descubrir estas propiedades cuando se dieron cuenta que los cadáveres encontrados en el interior de los enjambres permanecían sin pudrir al estar envueltos de una substancia pegajosa.
Los antiguos egipcios empleaban el propóleo como uno de los ingredientes de la técnica del embalsamamiento.
Los médicos griegos y romanos lo alababan por sus propiedades curativas.
En los siglos XIX y XX, se ha utilizado como antibiótico natural junto a la miel para la curación de las heridas de guerra, hasta que se descubrió la penicilina.
La mayoría de las culturas, aunque no sabían exactamente de qué substancia se trataba, la emplearon abundantemente para el tratamiento de las heridas u otras posibles lesiones. De esta manera conseguían que cicatrizasen mejor y que no se infectasen.
Incluso se ha utilizado para el tratamiento de las infecciones animales, como la fiebre aftosa del ganado, la mastitis de las vacas o la bronconeumonía de vacas, caballos, cerdos, ovejas, gatos y perros.
Propiedades del propóleo
Posteriormente, numerosos estudios realizados a partir de 1970 han demostrado que el propóleo constituye un remedio eficaz contra las bacterias y los hongos.
Por sus propiedades fungicidas, bactericidas y bacteriostáticas, es capaz de eliminar los hongos o las bacterias o impedir que estas se desarrollen lo suficiente como para producir infecciones.
Las propiedades curativas de este producto se atribuyen principalmente a su contenido en flavonoides y a los ácidos caféico y p-cumérico. Por otra parte posee propiedades regenerativas de los tejidos afectados y propiedades analgésicas que resultan muy adecuadas para calmar el dolor.
Entre las principales aplicaciones podemos mencionar las siguientes:
REMEDIOS CON PROPÓLEO DE USO EXTERNO
- Enfermedades de la piel: Utilizado externamente, puede servir para la curación de numerosa anomalías de la piel. Puede aprovecharse en la curación de heridas, cortes, arañazos, furúnculos, granos, quemaduras, verrugas, dermatitis, eccemas, acné, psoriasis, callos, etc.
(Aplicar sobre las lesiones algún producto preparado de venta en farmacias y tiendas de productos naturales. Usar de acuerdo a las condiciones del prospecto) (Utilizar propóleo bruto diluido en agua)
- Enfermedades de la boca: Igualmente sus propiedades antibacterianas pueden resultar útiles en el tratamiento de enfermedades bucales producidas por microorganismos, como úlceras bucales, gingivitis, periodontitis, caries, etc.
(Utilizar dentífricos o colutorios bucales que tengan en su composición própolis. Realizar un buen lavado de dientes y un enjuague bucal después del lavado)
- Infecciones de la vagina: La vagina y las partes externas de los genitales son muy ricos en microorganismos. La mayoría de ellos, en condiciones normales, no son perjudiciales. Cuando se alteran las condiciones normales de la flora vaginal, los microorganismos nocivos aprovechan para proliferar causando infecciones vaginales.
Entre todas ellas parece especialmente eficaz contra el tratamiento de la vaginitis producida por tricomiasis, una infección causada por el Trychomonas vaginalis o candidiasis, debida al hongo Candida albicans. Dado el amplio espectro de actuación sobre bacterias del propóleo, su uso podría ser eficaz para otro tipo de vaginitis.
(Realizar un lavado vaginal con algún producto preparado de própolis). El uso de estos lavados resulta muy eficiente en casos de picor vaginal.
TRATAMIENTOS CON PROPÓLEO DE USO INTERNO
- Enfermedades respiratorias : Utilizado internamente, ayuda en el tratamiento o prevención de numerosas enfermedades respiratorias: gripe, faringitis, laringitis, sinusitis, anginas, bronquitis, resfriado, etc.
(Ingerir algún producto preparado de venta en farmacias y tiendas de productos naturales. Usar de acuerdo a las condiciones del prospecto)
¿Propóleo para el asma, fiebre del heno o alergia respiratoria? Aunque se han realizado estudios que han demostrado que el propóleo puede curar el asma, la fiebre del heno u otras alergias respiratorias no resulta adecuado utilizar este suplemento para tales propósitos.
Dado que muchas personas pueden ser alérgicas a algún tipo de polen contenido en el propóleo, incluso en bajas cantidades, es mejor prescindir de este suplemento en caso de que se padezca de alguna de estas anomalías.
- Infecciones urinarias: Igualmente puede utilizarse para el tratamiento de infecciones del aparato urinario, tales como cistitis, nefritis, uretritis o prostatitis.
(Ingerir algún producto preparado de venta en farmacias y tiendas de productos naturales. Usar de acuerdo a las condiciones del prospecto)
- Reductor del colesterol: Algunos estudios modernos parecen demostrar que el contenido de resinas del propóleo puede ser útil para reducir la ingestión de grasas en el intestino. De esta manera, el propóleo podría ser adecuado para el tratamiento del colesterol.
¿Cómo conservar el propóleo?
Aunque el propóleo sea un producto bastante estable, debe mantenerse en buenas condiciones para que conserve todas sus propiedades. Deberá conservarse en frascos de vidrio herméticos al amparo de la luz.
No debe exponerse a temperaturas superiores a los 10 o 12 ºC. Conservado adecuadamente el propóleo sin macerar en alcohol puede aguantar sin perder sus propiedades hasta un año. Cuando está disuelto en alcohol puede aguantar muchos mas.
Los preparados liofilizados de propóleo (comprimidos o cápsulas), están destinados a durar mucho tiempo, aunque no se ha estudiado cuánto pueden aguantar o si sus propiedades son inferiores al propóleo en bruto, por pérdida de valores en el proceso de liofilización.
Contraindicaciones del propóleo
El propóleo puede causar reacciones alérgicas en ciertas personas tanto usado externamente como internamente. Por ello se recomienda tomarlo al principio en pequeñas dosis y dejar de tomarla en caso de experimentar reacciones negativas.
La dosis habitual suele ser de tres gramos diarios, repartidos en tres tomas de un gramo cada uno. El propóleo debe masticarse lentamente. En caso de niños se debe reducir siempre la dosis a la mitad.
La ingestión de propóleo en cantidades elevadas o durante más tiempo de los normal resulta contraproducente, pudiendo causar vómitos, náuseas u otros problemas gastrointestinales.
Más información sobre las características del propóleo y otros productos apícolas.
17 agosto, 2024