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Origen de la maca
Se estima que el cultivo de Maca se inició en Junín (Perú), hace más de 2.000 años, domesticada por la civilización Inca. Algunos antropólogos citan su cultivo en el año 1.600 a.C.
En la civilización Inca, la maca era el alimento de la nobleza y formaba parte de los rituales y ceremonias, por lo que la extensión de cultivo era muy amplia en la meseta peruana. En las cercanías del Lago Junín (Perú), se encontraron restos de terrazas angostas donde antiguamente se había cultivado Maca.
Entre las altas montañas se creía que el consumo de maca curaba a las parejas infértiles, por lo que se consumía muy habitualmente en su alimentación, y era un símbolo de prosperidad para los pueblos.
Cultivo histórico de la maca con fines alimentarios
Sus raíces tuberosas recuerdan a las de su pariente el rábano, son de color amarillo, morado o amarillo con bandas de color púrpura. Antigua y actualmente tienen gran importancia nutricional por ser ricos en azúcares, almidones, proteínas y minerales esenciales como el yodo y el hierro; presentes en los productos marinos y la carne animal, respectivamente, ambas fuentes poco asequibles en las cumbres andinas alejadas del mar y donde la escasa vegetación (arrasada por los fuertes vientos) hace imposible el pastoreo.
Estas propiedades convierten a la maca en un recurso alimentario imprescindible de las poblaciones andinas. Sus raíces pueden secarse y almacenarse durante años. Es un preciado alimento que se intercambia en los mercados por arroz y otros alimentos.
La raíz tiene sabor dulce, ligeramente picante y se cocina como una hortaliza. Históricamente solía comercializarse en los mercados e intercambiarse por patatas.
Según las crónicas de los siglos XVI y XVII, las tropas Incas se alimentaban con maca, debido a que se consideraba que era un alimento muy nutritivo, que aportaba vitalidad y fuerza física a los guerreros.
El historiados Vásquez Espinoza menciona la maca como «una raíz con tanto fuego, que sale de la tierra estéril, donde quiera que se siembra, dejando poca fuerza en ella para plantar de nuevo». En efecto, ha sido comprobado que la maca es un cultivo que empobrece el terreno.
La Maca durante la colonización española
Con la llegada de los colonizadores españoles, igual que sucedió con otras plantas importantes en la cultura precolombina, como el amaranto, las semillas de chía o la quinoa; la maca fue menospreciada y casi extinguida, pues en su lugar los conquistadores llenaron la puna andina de ganado ovino y desplazaron los cultivos nativos por avena, intentando destruir los alimentos que hasta entonces sustentaban la alimentación y la cultura de esas poblaciones.
Sin embargo, los españoles observaron que los animales perdían capacidad de reproducción en las alturas de la tundra altoandina, por lo que pidieron consejo a los pobladores nativos del entonces conocido como Nuevo Mundo. Estos aconsejaron alimentar los animales con maca, ya que ahora sabemos que estimula la espermatogénesis (estimula la fabricación de esperma). Los resultados fueron tan extraordinarios, que aparecen relatados en las crónicas de los colonizadores españoles las propiedades de la maca para la fecundidad.
Al conocer las propiedades de la maca, durante los cien primeros años de colonia, la maca formó parte de los tributos exigidos por el encomendador. Por ejemplo, el tributo anual en Chinchaycocha era de 300 cargas de media fanega de maca (aproximadamente, 15.000 kilos), con los que se alimentaban los colonizadores y también nutrían a animales introducidos como yeguas, potros, cerdos, burros y gallinas.
Además, la importancia de la maca en la alimentación de estos pueblos se retrata en los informes de diversos historiadores, como Bernabé Cobo contaba en sus crónicas que la maca crecía en los sitios más agrestes y fríos de la Puna; y que los indígenas del Perú no tenían otro pan que la maca.
La maca en la actualidad
La maca era considerada una planta de los pobres, debido a que crecía en las zonas más desfavorecidas, por lo que se dedicaron pocos recursos a la investigación y desarrollo de este cultivo. Debido la dificultad de esta planta para desarrollarse en otras zonas menos cumbreñas, la maca fue desplazada de la dieta de los pueblos indígenas por los nuevos alimentos importados, como el arroz, el azúcar y los enlatados.
En 1982, la maca fue declarada por la FAO como una especie en peligro de extinción. Entonces, la comunidad científica y los gobiernos finalmente dirigieron su atención a los méritos de este cultivo ancestral. Sus semillas son estudiadas, cultivadas y almacenadas.
Gracias al reconocimiento de esta valiosa planta, la especie se recuperó y en el año 1999 el cultivo de maca en Perú superaba las 1.000 hectáreas.
Interés medioambiental y económico de la maca
La maca es una planta muy interesante a nivel medioambiental porque ha mostrado un buen potencial para crecer en zonas de gran altitud, donde otros vegetales no pueden desarrollarse.
Su capacidad para habitar zonas inhóspitas la convierte en un vegetal excepcional para recuperar la actividad económica en las extensas áreas donde antes se consideraba imposible la actividad agraria.
En Perú, el cultivo de Maca es un recurso económico para los agricultores de los pueblos de la puna andina, que se extiende en Perú, Bolivia, Chile y Argentina.
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13 agosto, 2022