Propiedades del Khat (Catha edulis)

Qué es el khat, composición y qué efectos tiene

CARACTERÍSTICAS DEL KHAT

¿Qué es el khat?

El cat, chat o khat (Catha edulis) es una planta que se cultiva cada vez con más intensidad en el cuerno de África y Península Arábica. Países como Etiopía, Yemen, y Somalia son grandes productores y en ello basan una buena parte de su economía, por la entrada de divisas que les supone.

¿El chat es una droga?

La OMS califica el chat como droga, aunque dentro de la clasificación de todas las sustancias psicotrópicas, es la que menos dependencia y daño produce. Por ello, en algunos países como Inglaterra, el khat aún no es una sustancia prohibida.

En los países productores, su consumo no está mal visto, sino que incluso en ocasiones constituye todo un ceremonial y tiene un componente de socialización.

Características de la planta del chat

El chat es un arbusto muy ramificado, precisa de zonas bien drenadas y altitudes a partir de los 1500 m. hasta los 2500 m. Pertenece a la familia botánica de las Celastraceae.

El arbusto puede llegar a medir entre 1 m y 1,50m., las hojas son pecioladas, coriáceas, elípticas, dentadas, de entre 5 y 10cm de largo por 1 a 4cm de ancho, de un verde intenso tirando a brillante y se reproduce por esquejes.

Es a partir del cuarto o quinto año, la planta tiene el tamaño suficiente para poder cortarle los tallos cada 4 o 5 meses y hacer con ellos un manojo perfectamente arreglado.

Los manojos de cat se llevan al mercado, envueltos en hojas de bananero para que no se sequen. Existen diversas variedades de chat locales, todas ellas muy apreciadas, pero que sólo los paladares que lo mastican habitualmente, saben reconocer.

¿Cómo se consume el cat, chat o khat?

Las hojas de chat se consumen tiernas para una buena masticación, por ello se seleccionan las hojas de los extremos de los tallos que son las más verdes y tiernas de la ramita (los brotes tiernos).

A medida que vamos bajando del extremo de la ramita hacia el pie de ésta, las hojas suelen ser un poco más coriáceas y menos apreciadas, son las que se venden en los mercados locales. Las primeras son las que se destinan preferentemente para exportar.

¿Qué sabor tiene masticar chat?

El sabor del chat es ligeramente amargo y nos recuerda levemente a la menta y al limón juntos.

Composición del chat

El chat contiene dos principios activos de naturaleza alcaloide: la cathina y la cathinona, dos substancias prohibidas por la Convención de la ONU sobre sustancias psicotrópicas.

Efectos y consecuencias de masticar chat

Masticar chat es una cultura, que, a la larga, acaba con sí misma. El estado mental de algunos personajes que pueblan la ciudad de Harar es buena prueba de ello.

Según testimonios locales, su masticación es necesaria en los hombres, por la mañana, para conseguir fuerzas para el trabajo, pero aunque al principio produce esta reacción de euforia y ganas de trabajar, pero pronto se acaban las fuerzas, luego llega la sensación de relax, el cansancio, la fatiga y finalmente, se apagan las ganas de actividad y se pasa a la melancolía, generalmente medio echados encima de las alfombras y esteras.

Este proceso es diario, y por ello masticar se ha convertido en un hábito y pasarse la tarde reposando en una alfombra, en casa o en un lugar al fresco, es ya una costumbre.

La costumbre de masticar khat es sobre todo masculina. Se lleva a cabo siempre con el bolo de hojas en la boca, paseándolo por todo el paladar, masticándolo y tragando su zumo salivado, hasta que al final, con un buen trago, acaban de engullir todo el bolo. El consumo de chat inhibe el hambre y el deseo sexual.

Propiedades del chat y sus efectos fisiológicos como droga

La literatura científica nos explica que los efectos neurotóxicos del khat se atribuyen a que produce la liberación descontrolada del neurotransmisor dopamina.

Los efectos del khat son la euforia, excitabilidad, ansiedad, irritabilidad, hiperactividad, inquietud e insomnio. Estos síntomas corresponderían a los producidos por la liberación de la dopamina. Poco más tarde, cuando esta se agota, se produce falta de concentración y de coordinación, insomnio, dolor de cabeza, migraña, pupilas dilatadas (midriasis) y pequeños temblores.

La masticación del chat inhibe el hambre y el deseo sexual. Es habitual que los adictos tengan anorexia, insomnio, se despierten tarde, y tengan un bajo rendimiento laboral.

La masticación crónica de esta planta produce una depleción importante de los niveles de dopamina en varias áreas del cerebro, produciendo en los adictos efectos psicóticos, como depresión y psicosis, especialmente en sujetos con cierta predisposición a enfermedades psicóticas.

En algunos informes se ha descrito que el consumo crónico de esta planta produce hepatotoxicidad, especialmente cuando se combina el Khat con Kava y Kratom (Mitragyna speciosa), lo que se conoce como hepatotoxicidad de las «3Ks».

Foto resumen de las propiedades del khat, una planta que se considera una droga por la presencia de alcaloides psicotrópicos. No se recomienda su consumo ya que es una planta adictiva

Producción de chat en Etiopía

La mayor parte del chat que se consume a nivel mundial procede del sudeste de Etiopia, en la zona fronteriza a Djibouti y Somalia, teniendo su capital en la milenaria ciudad de Harar, de cultura mayormente musulmana, situada a 1.900 m sobre el nivel del mar. De todos modos, al tratarse de una producción muy rentable, se ha extendido también a otros territorios del país, como por ejemplo, alrededor del Lago Tana, donde se están iniciando amplias zonas de cultivo de chat.

Las montañas que conducen a la ciudad de Harar están llenas de bancales, que se van incrementando cada vez más, todos ellos con plantaciones de Catha edulis, debido a la gran demanda y a que su precio supera con creces el precio del café. Es por tanto un cultivo muy rentable, tanto para los campesinos, como para el propio gobierno.

¿Dónde se compra el khat?

El cat o chat se puede encontrar diariamente en la pequeña localidad de Anewat, a cinco quilómetros de Harar, que es la capital del comercio de chat.

Cada mañana se pueden ver preciosos manojos tiernos de esta planta, que van de unas manos a otras, y que acaban siendo exportados mayormente a los países vecinos. En este sentido, el cercano aeropuerto de Dire Dawa, a unos 45 km, constituye el puente aéreo perfecto para esta finalidad.

Los manojos de chat son explotados por campesinos mayormente de etnia Oromo, que son los que habitan en las áreas rurales de esta zona. Es frecuente ver en los rincones y plazas de Harar a numerosas mujeres, con sacos llenos de branquitas de chat, intentando vender a los compradores locales.

Consumo del chat en Etiopía

Pero en esta región de África, el chat no se considera tanto como una droga, sino que representa casi una cultura. Su consumo está muy extendido actualmente y no solo en los círculos musulmanes, sino también entre los cristianos.

Según opiniones locales, el 70% de los hombres son consumidores de chat, como también lo son el 30% de las mujeres.

La masticación de cat, chat, khat, qat o jat es muy frecuente en África, Yemen y la región de Jazan, al suroeste de Arabia Saudita. Una parte de las exportaciones van también a Europa, para el consumo local de las poblaciones de africanos de esta área, emigrados y residentes en el viejo continente.

Adicción a masticar chat

Los efectos del chat se dejan ver a simple vista cuanto uno visita lugares como Etiopía. En la ciudad de Harar, capital del chat, es fácil ver por las calles a personas que no están en sus cabales, o que tienen la dentadura destrozada, o, mejor dicho, personas que no tienen ya dentadura. Ello es debido al daño que ejerce la constante masticación de chat, a lo largo de los años.

Pero incluso estos adictos al chat, en ausencia de dientes, resuelven el problema de manera eficaz: disponen de un recipiente cilíndrico, hondo, en el cual ponen las hojas de chat para triturarlas con un bastón, hasta que quedan hechas polvo. Entonces se las introducen en la boca, y siguen salivando esa bola de pasta de chat, durante todo el día.

Historia del consumo de chat

El origen del chat es bastante confuso en cuanto a fechas y personajes, pero parece ser que la leyenda (o no) sobre su descubrimiento es muy parecida a la del café, por la observación de que las ovejas estaban nerviosas después de consumir esta planta.

Sea como fuere, todo apunta en que es a partir del siglo XIII que las fuentes reconocen el consumo del chat, bien en infusión, o en masticación. El hecho de que su difusión sea muy reducida y poco conocida, obedecería al hecho de que sus principios activos sólo surten efecto en la planta fresca y por tanto debe ser consumida en zonas no muy alejadas de su área de cultivo.

Históricamente, su consumo siempre ha ido ligado a la cultura musulmana e incluso fue prohibido por el Corán, pero más tarde se anuló dicha prohibición por estimar que ese consumo no impedía el correcto seguimiento de dicha doctrina, sino que favorecía la meditación y el recogimiento.

Hoy en día, su consumo se halla muy extendido en Etiopía, y más concretamente en la zona de Harar. No discrimina sexo ni religión, e incluso algunos críticos locales reconocen abiertamente que se ha convertido en un problema nacional, pero el estado mira hacia otro lado mientras los cargamentos de manojos de chat salen vía aérea des de Dire Dawa o por carretera hasta Somalia o Djibouti.

* Artículo elaborado por cortesía de Montserrat Enrich, del blog Gastronomiasalvatge

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Escrito por Montserrat Enrich Periodista especializada en plantas silvestres comestibles y usos de las plantas.

25 agosto, 2024