Usos medicinales tradicionales del enebro
Tradicionalmente se ha utilizado ampliamente esta planta para remediar muchas enfermedades. Comenta el médico y botánico griego Dioscórides, en su Materia Medica que esta planta resulta adecuada para calentar el organismo y provocar la orina. Hablando de los frutos, el líquido obtenido por decocción, dice textualmente:
«El líquido bebido vale contra las pasiones del pecho, contra la tosse, contra las ventosidades, contra los tortijones del vientre y contra las mordeduras de animales emponzoñados. Además de esto, hace orinar, y es útil a las rupturas y espasmos de los nervios, y a la sofocación de la madre».
Años más tarde, el farmacólogo segoviano Andrés Laguna dice sobre esta planta que produce una resina la cual, mezclada con el aceite de lino, sirve para la obtención de un barniz llamado grassa, el cual, además de dar brillo a las pinturas y barnizar el hierro, se utiliza como remedio para el tratamiento del dolor y la disminución de las almorranas (en ambos casos en uso externo). Sobre la resina de enebro, también comenta que es útil para el tratamiento del catarro, para reglas excesivas y para los gusanos del vientre.
Nicholas Culpeper, (1616 – 1654) físico y apotecario londinense, dice sobre las bayas de esta planta:
«Son excelentes contra las mordeduras de bestias venenosas; provocan en mucho la orina, por lo que son muy adecuadas para la disuria y angurria (*). Es un remedio tan poderoso contra la gota que la misma lejía realizada con las cenizas de la hierba, cuando se bebe, cura la enfermedad. Provoca el periodo, ayuda a los ataques de madre, fortalece con mucho el estómago y expulsa las ventosidades. Verdaderamente hay apenas mejor remedio para el flato en cualquier parte del cuerpo o para el cólico que el aceite químico que se obtiene de las bayas. La gente del campo, como no saben como extraer el aceite químico, se contentan con comer diez o doce bayas maduras en el desayuno de cada mañana»
Continua Culpeper escribiendo sobre las bayas del enebro y dice lo siguiente:
«Son admirablemente buenas para la tos, falta de aliento y tuberculosis, dolores de barriga, fracturas, calambres y convulsiones. Liberan rápida y sanamente a la mujer embarazada, fortalecen el cerebro extremadamente, ayudan a la memoria, y fortifican la visión robusteciendo los nervios ópticos: son extraordinariamente buenas para todo tipo de penas; ayudan en la gota y la ciática, y fortalecen los miembros del cuerpo. Las cenizas de la madera, con las cuales se friegan las encías, son un buen remedio para los que tienen el escorbuto. Las bayas detienen los fluidos, ayudan a las hemorroides o almorranas, y matan los gusanos de los niños. Una lejía hecha con las cenizas de la madera, en la cual se baña el cuerpo, cura la sarna, la roña y la lepra. Las bayas deshacen las piedras, procuran el apetito cuando se pierde, y son excelentes para todo tipo de parálisis, y epilepsia»
Variedades diferentes de enebro común crecen ampliamente en Europa, Asia y Norteamérica. Algunas de ellas han sido muy utilizadas por las comunidades nativas para aumentar la producción de orina. Los indios Paiute confeccionaban una bebida tónica que tenía como base el enebro común para tratar la sífilis.
(*) Disuria= Dolor al orinar; Angurria = Dificultad para orinar
* Continúa en: Usos medicinales actuales del enebro
Más información sobre el enebro.
24 febrero, 2022
