Contenidos
Efectos tóxicos de los xenobióticos
Efectos de los xenobióticos para la salud
Como se ha visto, existen muchos tipos de xenobióticos y no todas las sustancias tienen el mismo efecto. Además algunas pueden cambiar según si se combinan entre ellas (sinergias). Por ejemplo, se conoce la toxicidad de un plaguicida, pero no el efecto de la combinación de diversos plaguicidas sobre el organismo, o de la combinación entre el efecto de un plaguicida con un contaminante que proceda de un detergente, por ejemplo.
A modo general, los principales efectos de los xenobióticos para la salud humana son:
- Disruptores endocrinos: alteran el sistema endocrino de los animales, incluidos los humanos, produciendo cambios en la regulación del tiroides, disfunciones reproductivas, etc.
El perfume y el maquillaje contienen xenobióticos con efecto disruptor hormonal.
- Alteraciones nerviosas: algunas sustancias inhiben, activan o inducen sistemas enzimáticos que provocan trastornos en el normal funcionamiento de algunos tejidos, con efectos adversos. Por ejemplo, son bien conocidos los trastornos nerviosos producidos por los insecticidas organofosforados.
- Mutagénicos: sustancias capaces de producir mutaciones o de modificar el material genético de las células.
- Carcinogénicos: sustancias potencialmente capaces de producir neoplasias o tumores.
- Teratogénicos: sustancias capaces de producir defectos congénitos durante la gestación del feto.
Toxicidad de los xenobióticos
Se consideran efectos tóxicos a aquellas consecuencias negativas, nocivas o perjudiciales para la salud. Los efectos tóxicos se correlacionan con la dosis administrada y del tiempo de exposición (dosis-respuesta).
Lámina-resumen sobre un hogar sin tóxicos, o cómo disminuir la exposición innecesaria a los xenobióticos.
La toxicidad de los xenobióticos depende de:
- Tipo de sustancia: Por su forma química, cada sustancia presenta un efecto distinto, más neutro o más nocivo para la salud.
- Cantidad y tiempo de exposición: Si es una exposición ocupacional u ocasional y la cantidad absorbida. A mayor dosis, mayores son los efectos adversos o tóxicos. La toxicidad puede ser crónica o aguda.
- Vía de entrada o tipo de exposición: Algunos factores como la vía de exposición (oral, inhalatoria, cutánea) o los aditivos que acompañan al contaminante pueden incrementar su absorción o al contrario.
- Capacidad de persistencia en el ambiente de esa sustancia: Los compuestos más persistentes son bioacumulativos, es decir, que los animales que están más arriba de la cadena alimentaria reciben mayor contaminación. En este caso, los humanos, que son mamíferos muy longevos, tienen mayor contaminación por bioacumulación a lo largo de su vida.
- Por otra parte, los efectos de estas sustancias también dependen del individuo, siendo más vulnerables los niños pequeños, las mujeres embarazadas, los ancianos y las personas con alguna enfermedad.
Como puede figurarse el lector, todo ello representa un mapa de estudio muy complejo, que requiere de años o décadas para poder llegar a conclusiones.
Prevención de los efectos tóxicos de los xenobióticos
Sabemos que la ciencia es lenta y que se requieren muchos años hasta llegar a conclusiones sólidas, lo cual es una gran desventaja para la salud medioambiental. Por ejemplo, tenemos el precedente de plaguicidas muy tóxicos como el DDT, que tardaron dos décadas en prohibirse (con efectos devastadores para la salud medioambiental y humana).
Hoy en día, aunque hace más de 20 años que está prohibido, este xenobiótico aún se encuentra en la placenta de los bebés que nacen en España, debido a que es persistente, pasa de madres a hijos en el embarazo, y se encuentra omnipresente en todo el ambiente. ¡Todo ello se podría haber evitado con un uso más responsable de estos químicos! Sin embargo, el movimiento ecologista casi estaba naciendo en esa época, y no se tenía la conciencia medioambiental ni la información que existe hoy en día.
Para evitar más contaminación por xenobióticos y sus posibles efectos tóxicos, a modo de precaución, es más que recomendable evitar la exposición innecesaria a los químicos. A nivel doméstico, podríamos dar las siguientes recomendaciones:
Las pinturas contienen xenobióticos y éstos se pueden absorber vía inhalatoria (ponerse mascarilla al pintar) y cutánea (protegerse la piel y lavarse después de pintar). Algunas pinturas contienen metales pesados como el plomo.
- Evitar fumar, que es una fuente de plaguicidas, metales pesados como el cadmio, etc.
- Evitar utilizar insecticidas, herbicidas en nuestro jardín o huerto. Hay muchas alternativas ecológicas.
- Limpiar con vinagre siempre que sea posible y evitar el uso diario de lejía y detergentes.
- Disminuir el plástico de la dieta: la mayoría de alimentos no tienen ninguna necesidad de ir en plástico: verduras, frutas, frutos secos, huevos, aceite, legumbres, arroz, patatas, boniatos, etc. Una dieta eminentemente vegetariana suele contener menos xenobióticos, debido a que los animales bioacumulan estas sustancias.
- Tratar bien las sartenes antiadherentes de teflón para que no se rallen. ¡¡¡No cocinar con sartenes ralladas!!!
- Reutilizar el plástico y evitar su uso en juguetes, muebles, utensilios, etc.
- Evitar consumir demasiados productos enlatados. Las cervezas en lata, por ejemplo, son una fuente de estaño (metal pesado).
- Evitar los cafés de cápsulas, que son fuente de aluminio (o plásticos) y, además, son totalmente insostenibles.
- Evitar tomar medicamentos no prescritos por el médico.
- Llevar al punto de reciclaje los electrodomésticos, aparatos eléctricos, sartenes viejas, baterías, pilas, las radiografías y otros residuos que deban ser tratados de forma adecuada.
- Protegerse adecuadamente cuando se manipule pintura, barnices o disolventes, y ducharse inmediatamente después del uso. A través de la piel se absorbe gran cantidad de estos xenobióticos, por lo que conviene protegerse con pantalón largo y lavarse después.
Más información sobre los tóxicos.
8 abril, 2020