Técnicas de ilustración: grabado de dibujo y botánica
El Renacimiento, con figuras tan emblemáticas como Leonardo da Vinci, demostró lo absurdo que era mantener las ciencias y las artes en compartimentos separados. Desde entonces, no han sido pocos los hombres y mujeres que han trabajado a favor de su interacción, en una fecunda alianza entre rigor científico y expresión artística, y los resultados han contribuido al progreso del conocimiento general.
Pero la utilización del dibujo y de las técnicas de la ilustración en el ámbito de la botánica tiene una larga historia. Unos 250 años antes de Cristo, existían dos corrientes contrapuestas con respecto a la descripción de las plantas. Una de las corrientes defendía la idea de que las plantas tan sólo se podían describir a través del lenguaje. La otra corriente pretendía que sólo se podía describir correctamente una planta mediante una exacta y fiel representación gráfica. Esta controversia persistiría en el tiempo y aparecerían autores como Dioscòrides, médico griego que vivió al siglo I, que daban prioridad a la descripción escrita de la planta, de manera que los dibujos que figuraban a sus obras originales eran más decorativos que realistas. En cambio, otros autores de la antigüedad, como Crateu o Diocle, utilizarían la ilustración minuciosa como base para sus descripciones botánicas.
Interpretación plástica de motivos botánicos realizadas escolares. Unas espigas de cebadilla (Hordeum murinum L)
A partir del siglo XV, gracias a la aparición de la imprenta y al interés por las plantas medicinales, se empiezan a publicar herbarios que combinan textos e ilustraciones, y los dibujos son cada vez más esmerados y leales con la morfología de las plantas que representan.
El 1543, el médico alemán Leonhart Fuchs publica un gran herbario en dos volúmenes donde, por la vía de precisas ilustraciones, hace completas descripciones de las plantas. La exactitud de sus dibujos permite reconocer las estructuras propias de cada especie, y las flores, las hojas y los frutos aparecen ilustrados en las diferentes fases de desarrollo. Hoy en día, algunos botánicos aseguran que sus representaciones nunca han estado superadas con respecto a fidelidad, claridad y sencillez; características que, por otra parte, son imprescindibles en el dibujo científico, no sólo en el campo de la botánica, sino en el terreno de la ciencia en general.
Goethe, el gran pensador del romanticismo alemán del siglo XVIII, en su obra «La morfología de las plantas» refiriéndose a los ilustradores y grabadores, dice: “Quien quiera reproducir, hacer resurgir el objeto, tendrá que comprenderlo en profundidad; si no es así, la imagen tan sólo reflejará una apariencia y no el producto de la naturaleza”.
La presencia de las plantas que nacen de una manera espontánea contribuye a recordar que otras formas de vida conviven con nosotros, las personas, en un mismo territorio. Plantas que se hallan allí no porque nosotros las hayamos puesto. En el área de Plástica, abordamos este año, como parte del proyecto transversal sobre el ecosistema vegetal, la ilustración de las plantas. Pensamos que el dibujo nos ayudará a verlas de una manera menos superficial y a respetarlas. Y respetarlas quizás nos ayudará a ser más tolerantes. Será nuestro pequeño homenaje a la biodiversidad.
Poster de castañas (Castanea sativa L.), granadas (Punica granatum L.) y tomates (Solanum lycopersicum L)
Texto: Josep Malés Tortosa
Dibujos: Escolares dirigidos por Miquel Forrellad, asesor de plàstica.
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22 abril, 2019