Contenidos
- 1 Causas de la obesidad y ambiente obesogénico
- 2 ¿Quién es el culpable de la obesidad y del ambiente obesogénico?
- 2.1 Problema de la obesidad en el mundo
- 2.2 Causa de la obesidad
- 2.3 ¿Quiénes son los culpables de la obesidad infantil?
- 2.4 ¿Cómo solucionar el ambiente obesogénico?
- 2.5 Soluciones a la obesidad
- 2.6 ¿Se pueden hacer medicamentos contra la obesidad?
- 2.7 ¿Cuál es el tratamiento de la obesidad?
- 2.8 Impulsar la comida saludable
- 2.9 ALERTA: obesidad infantil en aumento
- 2.10 Regulación de la comida chatarra
- 2.11 Educación nutricional de calidad
- 2.12 Actualización de la comunidad científica sobre nutrición
- 2.13 Mitos sobre nutrición
- 2.14 Debate sobre el ambiente obesogénico
- 2.15 Conclusión sobre el ambiente obesogénico
- 2.16 ¿Qué opinión tiene el lector? ¿Discrepa en algún aspecto? ¿Tiene otras ideas o iniciativas?
Causas de la obesidad y ambiente obesogénico
¿Quién es el culpable de la obesidad y del ambiente obesogénico?
Problema de la obesidad en el mundo
La obesidad es el exceso de grasa corporal que se produce, típicamente, en las sociedades industrializadas. Actualmente, las cifras de obesidad en el mundo han alcanzado cifras de epidemia. ¿Quién es el culpable?
Causa de la obesidad
La causa de la obesidad es el ambiente obesogénico, así es como se denomina un entorno donde las condiciones favorecen la aparición de obesidad en la población, y de sus patologías asociadas, como la diabetes, hipertensión, colesterol alto, o hígado graso.
Es por ello que, yendo más allá de la definición clásica de obesidad, los investigadores hablan de que la obesidad se debe entender como una adaptación biológica normal, que es consecuencia de un ambiente o entorno anormal.
El entorno obesogénico se caracteriza principalmente por dos factores: la sobrealimentación (comer en exceso) y el sedentarismo (falta de actividad física).
- La obesidad es una situación biológica normal ante un ambiente anormal
¿Quiénes son los culpables de la obesidad infantil?
Los culpables de la obesidad infantil no son los progenitores de los niños, de igual modo que las personas con obesidad tampoco son responsables de su condición. Además, es un gran error culpabilizar a los padres de la obesidad su hijo, pues se debería partir de la opinión de que todos los padres desean lo mejor para sus hijos.
El verdadero causante de la obesidad es el ambiente obesogénico. Para resumir algunos de los muchos factores que condicionan el ambiente obesogénico se encuentran:
- Productos nuevos, muy procesados, con alto contenido en alimentos refinados (harinas, azúcares, sal o grasas) y de los que no se conocen sus ingredientes. Es lo que se conoce como comida chatarra.
- Publicidad engañosa de comida chatarra, publicidad agresiva de productos insanos, sin regulación
- Comida chatarra muy asequible: es muy económica y los niños la pueden conseguir en todos lados y con una moneda.
- La falta de educación nutricional desde todas las instituciones lleva a una excesiva permisividad con la comida chatarra a los niños.
- Las etiquetas de los alimentos son difíciles de entender
- La comida chatarra está en todas partes: hospitales, escuelas y transporte público…
- Estilo de vida estresante, sin tiempo para comprar, cocinar, comer, ni moverse
¿No es normal que, bajo estas condiciones, aumente la obesidad? ¿Se podría decir que los responsables de la obesidad son los gobiernos que permiten el ambiente obesogénico? ¿Podría ser la obesidad una situación normal ante un ambiente anormal?
¿Cómo solucionar el ambiente obesogénico?
El ambiente obesogénico, las causas, y las medidas para remediarlo son temas que requieren una profunda reflexión. Resulta interesante y enriquecedor para la sociedad un debate abierto sobre los temas que rodean el tema de la alimentación, desde todos los puntos de vista del conocimiento, ya que, actualmente, muchas opiniones están basadas en opiniones sin argumentos sólidos o coherentes, informaciones no reflexionadas, prejuicios o posturas estrictamente científicas, y no en conocimientos.
Es necesaria la formación de comités de ética interdisciplinarios que ayuden a conducir estos debates. Entre los expertos, podrían implicarse: médicos, profesores, dietistas nutricionistas, investigadores, políticos, juristas, economistas, consumidores,…
A partir de estas reflexiones, se puede llegar a saber aquello que se puede hacer, formular leyes y políticas de actuación. Pero hasta el momento, el tema de la alimentación es tan polémico, que muy pocos políticos quieren intervenir, por miedo a perder sus votos. Se tiene que tener en cuenta que la industria alimentaria también sustenta muchos puestos de trabajo.
- Los hábitos alimentarios adoptados por la sociedad pueden estar influenciados por la cultura, la economía, la ciencia, la política,… y las medidas tomadas influyen en todos estos ámbitos
Soluciones a la obesidad
A continuación se repasan algunas propuestas contra la obesidad que se comentan en los debates sobre el entorno obesogénico:
- Medicamentos contra la obesidad
- Consejos dietéticos sobre la obesidad
- ¿Existe el gen de la obesidad?
¿Se pueden hacer medicamentos contra la obesidad?
A lo largo de la historia ha habido un gran desfile de teorías, dietas y remedios para la obesidad. Todos ellos, sin éxito. También se ha intentado sintetizar medicamentos o fármacos con moléculas para curar la obesidad. Algunas de las moléculas que se han probado son la leptina, la oleoilestrona, el DHEA,… además de todo tipo de suplementos nutricionales de fibra o plantas.
Hay miles de estudios y ninguno es eficaz contra la obesidad. Esto es debido a que el cuerpo tiene mecanismos de homeostasis muy potentes y complejos, que le permiten contrarrestar cualquiera de los efectos de estas sustancias (lo que nos ha permitido sobrevivir hasta nuestros días). Por lo tanto, hay que olvidarse de la pastilla mágica contra la obesidad.
¿Cuál es el tratamiento de la obesidad?
Tanto para prevenir la obesidad, como para curarla, cambiar el ambiente obesogénico es probablemente el mejor tratamiento para la obesidad. Resulta mucho más eficaz exhortar a la población a tomar mejores decisiones sobre su alimentación y su estilo de vida que actuar a nivel individual, tratando la obesidad paciente a paciente.
Impulsar la comida saludable
A continuación se proponen una serie de medidas enfocadas a solucionar el ambiente obesogénico. El primero de todos es impulsar la comida saludable. Para promover su consumo, la comida saludable debe ser asequible a nivel económico y en la vida cotidiana:
- Impulsar el consumo de alimentos saludables disminuyendo sus impuestos o subvencionándolos desde los gobiernos. Paralelamente, se pueden poner tasas a los azucarados o ultraprocesados. De nada sirve poner tasas a la comida chatarra, si los alimentos naturales siguen siendo poco económicos. Es importante ver que son dos acciones que deben ir conjuntas: se ha demostrado que solamente aplicar tasas a la comida procesada no da resultado.
- Educación nutricional a la población desde el ejemplo en los cáterings de hospitales y empresas, hasta escuelas y universidades. Además de formación o clases sobre nutrición.
- Variedad y disponibilidad de comida sana: es difícil encontrar frutas, frutos secos (sin freír y sin sal) y yogures no azucarados fuera de casa, en bares, restaurantes, transporte público y centros. Trabajar para implantar su consumo en la calle.
- Se debe trabajar para que la comida sana se acepte socialmente y desplace los refrescos y procesados de todas celebraciones. Aquí unas ideas sobre recetas saludables para fiestas o para el día a día.
Definición ambiente obesogénico y sus consecuencias
ALERTA: obesidad infantil en aumento
La sociedad no precibe la comida chatarra como un factor peligroso para tener enfermedades. Esto lleva a una excesiva permisividad con la comida chatarra a los niños, quienes son los principales consumidores de comida chatarra.
Se considera normal que un niño coma, diariamente, multitud de alimentos ultraprocesados, como son la bollería, las galletas, los zumos o jugos, snacks dulces o salados, chocolates, salchichas, embutidos, fiambres, yogures de sabores, salsas industriales,…
Se suele decir que «los niños lo queman», pero no es así: ningún niño debería crecer consumiendo comida chatarra.
Regulación de la comida chatarra
Existen opiniones sobre que la comida procesada debería estar más estrictamente regulada para proteger al consumidor:
- Etiquetas más fáciles de entender: Resultaría muy satisfactorio introducir ideas como el semáforo de los alimentos, etiquetando los productos con distintos colores, según si contienen azúcar añadido, harinas, grasas malas o mucha sal.
- Composición nutricional: Prohibir o regular la composición de estos productos, por ejemplo, establecer una la cantidad máxima de azúcar permitida en un producto, o prohibir la presencia de determinados niveles de grasas trans, tanto en productos del supermercado, como en restaurantes y fast food.
- Publicidad de la comida chatarra: Regulacióm del horario de la publicidad televisiva, el tipo de publicidad (que no induzca a engaño), el vocabulario (a veces utilizan términos científicos para confundir),…
- ¿Tasas a los productos insanos?: Esta suele ser la medida más popular, pero, como se ha comentado, solamente es efectivo cuando, conjuntamente, se disminuye el coste de los alimentos saludables. Poner tasas a la comida chatarra sin incidir en los demás puntos tiene un afán más bien recaudatorio, ya que, por sí sola, es una medida insuficiente para solucionar la obesidad.
Educación nutricional de calidad
Alimentarse es un acto muy importante en el que intervienen factores fisiológicos, sociales, culturales y políticos. La educación nutricional es muy importante por muchos aspectos, desde conservar la cultura gastronómica de la región y evitar la globalización alimentaria, además de, como se viene mencionando, prevenir problemas de salud en la población originados por una mala alimentación.
- Se tiene que enseñar la importancia de consumir ecológico (es decir, de proximidad y de temporada), conocer los alimentos autóctonos de la región, ver de dónde provienen los alimentos, enseñar a niños y adultos recetas saludables, entender realmente por qué es mala la comida chatarra,…
Consecuencias de la comida chatarra
Actualización de la comunidad científica sobre nutrición
Es necesario actualizar los conceptos aprendidos durante muchos años sobre nutrición y dietética, tanto para médicos, como para dietistas nutricionistas y profesores. En la actualidad existen muchos dogmas en alimentación que no tienen fundamento científico y que repercuten negativamente sobre la salud pública.
Un ejemplo muy claro son las 5 comidas al día obligatorias, una norma que ha llevado a esta sociedad estresada a consumir comida rápida entre horas, como galletas, snacks ultraprocesados o sandwich de carne procesada (que llevan aditivos cancerígenos). Muchos se apoyan en que esto resulta más saciante, aunque llegar con hambre a la hora de comer es natural. El problema ocurre cuando no hay un buen plato de verduras, legumbres o frutas en la mesa. Es mejor realizar 3 comidas completas, que 5 comidas perjudiciales.
Otro claro ejemplo es la idea que ha calado a la población sobre que el azúcar es necesario para el cerebro, lo cual es cierto científicamente hablando, pero que a nivel popular se ha interpretado como que es necesario comer pan blanco, galletas, cereales de desayuno y muchos otros procesados con harinas, en lugar de lo que sería correcto: tubérculos, legumbres, frutas y arroz integral.
Mitos sobre nutrición
La nutrición y la dietética está llena de mitos, creencias y teorías que van calando poco a poco hasta causar impacto en la disminución del consumo de alimentos saludables. Uno de los mitos más peligrosos y falsos es que los frutos secos engordan, lo cual es totalmente FALSO, y está explicado extensamente aquí. También conviene mencionar los infinitos mitos sobre la soja, y es muy importante desterrar todos los mitos sobre la fruta, que siempre es recomendable y conviene comerlas con «tranquilidad», es decir, sin culpa: las frutas no se pueden comparar con el azúcar, la fruta no fermenta en el estómago, se puede comer en cualquier momento del día, la fruta no engorda, en la menopausia por supuesto que se pueden comer frutas sin engordar, y no es «mejor» un yogur de postre que una fruta.
Debate sobre el ambiente obesogénico
Cambiar el ambiente obesogénico es probablemente mucho más eficaz para exhortar a la población a tomar mejores decisiones sobre su alimentación y su estilo de vida que actuar a nivel individual, tratando la obesidad paciente a paciente.
Sin embargo, el debate es muy complejo, existen muchos puntos de vista, y es un tema de gran repercusión política (globalización alimentaria, grandes empresas, muchos puestos de trabajo,…).
Es urgente su abordaje dado el avance de la industria alimentaria y su impacto sobre la cultura y la salud. Para ensanchar el debate, se puede plantear:
- ¿Se pueden poner medidas laborales para la obesidad?
- ¿Se pueden poner medidas urbanísticas para la obesidad?
- ¿Se pueden poner medidas ambientales para la obesidad?
- …
Conclusión sobre el ambiente obesogénico
En resumen, es necesario concienciar a las personas de la necesidad del debate sobre el ambiente obesogénico, ya sea por el bienestar de sus familiares, o porque más tarde o más temprano, todos nos tendremos que enfrentar, en primera persona, a los problemas por vivir en un ambiente obesogénico.
¿Qué opinión tiene el lector? ¿Discrepa en algún aspecto? ¿Tiene otras ideas o iniciativas?
Este artículo solamente ha querido exponer algunos hilos de la compleja red que rodea el debate de la alimentación insana, la comida chatarra y su impacto sobre la salud de la población, lo que se engloba en el llamado «ambiente obesogénico».
El debate está abierto y es bueno que continúe, porque se trata de un tema muy importante para nuestro futuro como sociedad. Si desean compartir o comentar estas reflexiones, pueden hacerlo en esta publicación que pusimos en nuestro Facebook.
Nutrición y dietética para niños y niñas
*Más información:
– Tratamiento de la obesidad en la adolescencia
– Alimentación obesidad infantil
Más información sobre la obesidad.
20 septiembre, 2024