ORIGEN DE LA DIETA PARA PERDER PESO Y POR QUÉ NO FUNCIONA
Comer en abundancia siempre se ha visto bien. Incluso en algunos momentos de la historia, tener sobrepeso era considerado un signo de distinción.
En el siglo XX, la obesidad se convirtió en una epidemia y actualmente sigue siendo un problema de salud pública, tanto de países desarrollados, como de países en vías de desarrollo.
Anuncio de periódico de 1907 en el que se vende un «té mexicano infalible contra la obesidad». |
Actualmente, comer está bien visto, pero estar obeso, no. Convivimos en un mundo totalmente contradictorio, en el que media humanidad se muere de hambre, y la otra mitad, se muere de exceso de colesterol.
Obesidad en la historia
La humanidad no ha gozado de largos episodios de paz y estabilidad. Las hambrunas, epidemias, guerras y otras calamidades se han ido sucediendo de manera recurrente, de modo que los índices de obesidad nunca han crecido demasiado.
Después de la Segunda Guerra Mundial, se marca un período de estabilidad social sin precedentes en la historia de la humanidad: Nunca se había estado 50 años seguidos sin guerras ni epidemias (Sino al contrario, habían sucedido guerras de 100 años).
Esta inusual estabilidad dio como consecuencia el aumento de las tasas de sobrepeso y obesidad de una manera nunca conocida y totalmente desorbitada.
Curas contra la obesidad
Anuncio de periódico en el que se vende «NO MÁS OBESIDAD», en letras grandes. El producto es «Iodhyrine, la curación absoluta y sin molestias de tan terrible enfermedad». |
A principios del siglo XX empieza un tímido inicio de las curas de adelgazamiento.
Seguir una dieta vegetariana para adelgazar, comer pocas calorías, un régimen estricto o tomar un té contra la obesidad, parecen ser tratamientos muy actuales, aunque su historia es mucho más antigua.
Efectivamente, muchos de estos métodos para luchar contra la obesidad siguen vigentes en la actualidad, pero después de tantos años, aún no hay ningún remedio realmente efectivo.
TEORÍA DE LA OBESIDAD
La causa de la obesidad es desconocida. Existen indicios sobre muchos factores que pueden influir, pero ninguno de ellos ha sido investigado a fondo.
Parece que la hipótesis que más ha convencido a la comunidad científica es la del balance energético o teoría de las calorías: «Tantas calorías gastas, tantas debes comer. Si comes más, engordas«.
Todos los tratamientos de la obesidad se basan en comer pocas calorías y hacer ejercicio.
La falta de progresos en la investigación de la obesidad ha provocado que se convierta en una epidemia. ¿Qué causa la obesidad?
Teoría de la obesidad basada en las hormonas
En los años 1930 Alemania estaba a la cabeza en ciencia. El idioma científico era el alemán y los investigadores de todo el mundo hacían residencias en Alemania para profundizar en sus estudios.
Anuncio de periódico en el que se vende un «píldoras contra la obesidad». |
El diabetólogo alemán Carl Von Noorden (diabetólogo fue el nombre anterior que han tenido los médicos especializados en endocrinología) postulaba que la causa de la obesidad era desconocida y compleja, pero intuía que intervenían diversos factores, entre ellos, y de manera muy significativa, factores hormonales.
La insulina es una hormona que regula la fabricación de grasa corporal. Su producción se ve directamente afectada por la ingesta de azúcar o hidratos de carbono. Cuando hay mucho azúcar en la sangre, se produce insulina para almacenar tal exceso de energía en forma de grasa. Fruto de esta teoría nacieron algunos tipos de dietas como la dieta Atkins, o las dietas sin hidratos de carbono.
Pero, ¿por qué unos son obesos y otros no?
Cuando una sociedad avanza y no hay escasez de recursos, una determinada parte de la población aumenta de peso, pero no toda. La obesidad es un fenómeno recurrente, que aparece cada vez que hay bienestar económico. Esto es evidente, pero también lo es que no todo el mundo reacciona igual ante el exceso de alimentos.
El Dr. Von Noorden observó que la floreciente economía dio como resultado que, en todos los ambientes y clases sociales, hay personas que están en normopeso, pero también las hay que tienen sobrepeso.
Ante una sobreabundancia de alimentación, el tejido adiposo (tejido que almacena la grasa), por motivos desconocidos, acumula grasa de manera descontrolada.
Adelgazar no es sencillo
Una vez que la obesidad se ha asentado, cuesta mucho volver a un peso normal. Esto es debido a que se ha asentado una enfermedad llamada síndrome metabólico, que incluye mala circulación, obesidad, hipertensión, diabetes tipo 2,…
Incluso después de bajar de peso, existe una memoria biológica que tiende a volver a su estado original, lo que se conoce como efecto yoyo o homeostasis.
La hipótesis del Dr. Von Noorden era que determinadas personas se ven afectadas por una mala función intrínseca del tejido adiposo, que hace que se acumule más grasa de la necesaria, total o parcialmente.
Anuncio de periódico en el que se vende una faja como remedio contra la obesidad |
La línea de investigación para curar la obesidad se centró en 3 preguntas básicas:
¿Por qué comemos en exceso?, ¿por qué no se cierra el apetito?
¿Por qué guardamos grasa que no necesitamos?
¿Por qué se vuelve el organismo tan obstinado por mantenerla?
Teoría de la obesidad basada en las calorías
La línea de investigación alemana sobre la obesidad quedó desplazada por las teorías sobre la termodinámica del Dr. Louis Newburgh.
Propuso algo menos complejo de investigar y con resultados inmediatos, el inicio de las dietas bajas en calorías o dietas hipocalóricas.
Estas se basaban en el principio físico de la termodinámica, tan simple como hacer un recuento de calorías que se comen y las calorías que se gastan.
Engordamos porque comemos más de lo que gastamos. Hay que establecer un balance energético.
Las dietas bajas en calorías se basan en el principio físico de la termodinámica. Si se rompe el equilibro, adelgazamos o engordamos.
Las dietas para adelgazar se convierten en la única arma eficaz para combatir el imparable crecimiento del sobrepeso. Surgen distintas dietas para perder peso, también llamadas dietas hipocalóricas (bajas en calorías).
Este modelo ha sido el dominante durante las últimas décadas, y aunque no funciona, se considera como el único modelo válido. Las dietas bajas en calorías se utilizan de manera compulsiva a pesar de que después se recupera el peso perdido. Es lo que se conoce como el efecto rebote de las dietas.
Ninguna teoría explica por qué a algunas personas se les despierta un hambre voraz y la compulsión por comer en exceso, conductas que llevan a la obesidad. |
La gran carencia de esta teoría es que no explica el origen de la enfermedad:
Paciente: – ¿Por qué engordo?
Médico: – Porque comes en exceso.
Paciente: ¿Y cómo sé que estoy comiendo en exceso?
Médico: Porque engordas.
El modelo americano y que actualmente sigue en plena vigencia, no se pregunta por qué a determinadas personas se les despierta una compulsión por comer en exceso.
DIETAS MUY BAJAS EN CALORÍAS
Las dietas muy bajas en calorías van en contra de la naturaleza humana
Pasar hambre o tomar sustitutos de comida provoca que se disparen los mecanismos de alerta y la señal de hambre. La señal de hambre, en todo ser vivo, provoca estrés, irritablilidad, obsesión y atrevimiento hasta conseguir comida. |
El cerebro, concretamente sus estructuras más primitivas, el hipotálamo, es el encargado de regular el hambre, en función de lo que comemos y lo que gastamos de energía. Lo hace a través de señales de hambre y de saciedad, por ejemplo, cuando no hemos comido, o cuando estamos llenos después de comer.
Esta clase de neuronas del hipotálamo se denominan centro del hambre. Sus mecanismos se rigen por la genética, que recoge la información de miles y miles de años de evolución. El hipotálamo también se llama el centro instintivo del cerebro.
Por nada del mundo nuestro hipotálamo está dispuesto a pasar hambre. Su programación, justamente, es todo lo contrario.
El hipotálamo nos deja comer hasta la saciedad y, si puede ser, un poquito más para poder almacenarlo (en forma de grasa corporal) para casos de necesidad.
Ansiedad por la comida
Todo ser vivo, cuando tiene hambre, se estresa y hace cosas que en circunstancias normales no haría, hasta que consigue comida. Se vuelveirritable, obsesivo y atrevido. Como una persona que hace una dieta muy estricta, que su cerebro no cesa de presionar hasta que entra en la pastelería y compra un dulce.
Las dietas milagro, en todas sus variantes (dieta disociada, dieta Atkins, Dukan, dieta del grupo sanguíneo, etc.), son desequilibradas y provocan ansiedad por la comida.
Además, los cambios en el metabolismo que, a largo plazo, acabarán haciendo que se recupere el peso perdido, más unos kilos de propina (efecto rebote o yo-yo).
¿QUÉ DESENCADENA UN HAMBRE VORAZ?
La obesidad es una enfermedad de causas complejas que no sólo depende de si las personas son comilonas, si comen más de lo que necesitan, o si no hacen ejercicio.
Estos años nos han demostrado que las dietas estrictas no funcionan, porque el concepto de supervivencia que rige nuestro comportamiento más inconsciente e instintivo que no está programado para pasar hambre.
Se debe seguir investigando en el tratamiento de la obesidad, y es importante informar y concienciar a la sociedad de que el sobrepeso y la obesidad no se cura exclusivamente comiendo menos calorías. Se han de cambiar los hábitos alimentarios y el estilo de vida, y mantener estos cambios de por vida.
Actualmente se trabaja en equipos multidisciplinarios para tratar todos los aspectos de la enfermedad.
Elaborado por Jordi Carballido, psicólogo clínico especialista en obesidad
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4 junio, 2020