Contenidos
- 1 Peligros de las dietas milagrosas
- 1.1 ¿Las dietas “milagro” son eficaces para perder peso?
- 1.2 Consecuencias de las dietas milargosas
- 1.3 ¿Por qué las dietas milagro no funcionan para adelgazar?
- 1.4 Siempre provocan un posterior efecto rebote
- 1.5 Dietas frustrantes
- 1.6 Las dietas milagro son el origen de muchos trastornos alimentarios
- 1.7 Características de las dietas milagro
- 1.8 ¿Cómo detectar dietas milagrosas?
Peligros de las dietas milagrosas
¿Las dietas “milagro” son eficaces para perder peso?
El único método eficaz para perder peso a largo plazo es un estilo de vida y una alimentación saludables, que incluyan junto con la dieta un patrón diario de actividad física.
Consecuencias de las dietas milargosas
Las denominadas “dietas milagro” se caracterizan por la ingesta de muy pocas calorías durante un período de tiempo que puede oscilar entre 1 semana hasta 1 mes, y que provoca una disminución de peso muy rápida o brusca.
Aunque cada vez estén más de moda, y en la televisión, internet y algunas revistas nos las vendan como una solución rápida y eficaz para los quilos de más, eso no es así. Todas las dietas milagro provocan efecto rebote.
¿Por qué las dietas milagro no funcionan para adelgazar?
Estas dietas milagro no son efectivas para perder peso a largo plazo porque diferentes motivos. El primero de ellos, es porque no son educativas.
Los gurús que promocionan dietas milagro imponen una pauta de alimentación “especial”, que puede consistir en comer solamente un tipo de frutas; o en eliminar algún alimento; alimentarse a base de sirope o proteínas durante 2 semanas; o en el peor de los casos, en consumir costosos batidos cada día.
Con ello, la persona, aunque consiguiera seguir esa estricta y estresante pauta, no sabe cómo comer después para mantener esos quilos perdidos.
Además, está científicamente demostrado, y es una evidencia lógica, que sin proponerse ejercicio físico una persona no puede adelgazar y mantener el peso a largo plazo. Estas dietas no se acompañan de actividad física, por lo que no son coherentes ni realistas.
Siempre provocan un posterior efecto rebote
Al comer demasiado pocas calorías, se activan diferentes rutas de metabolismo “de emergencia” en el cuerpo, resultando en alimentarse de la propia musculatura, por ejemplo. Ello provoca que cuando la persona coma de nuevo su alimentación habitual, engorde los quilos perdidos de nuevo. A ello se le denomina efecto yo-yo.
Dietas frustrantes
Por estos motivos que hemos comentado, las dietas milagro son emocionalmente frustrantes. La persona que ha seguido durante todo ese tiempo una pauta alimentaria tan rigurosa, y que después ha recuperado su peso, con las consecuencias del efecto yo-yo (como más flacidez en la piel, retención de líquidos, irritabilidad,…); se deprime.
Estas dietas pueden ser desencadenantes de trastornos de la conducta alimentaria. El aumento de peso a menudo es un síntoma de un malestar emocional, del entorno, o de gestionar mal el estrés, pues se sabe que la obesidad es una enfermedad multifactorial.
Por ello, se debe tratar convenientemente y no solamente su síntoma («el peso»), pues será siempre ineficaz: la ayuda de un terapeuta, como psicólogos, médicos o nutricionistas puede ser muy útil en esos aspectos.
Las dietas milagro son el origen de muchos trastornos alimentarios
Una dieta milagro o «de choque» no deja de ser una conducta compensatoria, por ejemplo, de un fin de semana de «buen comer», unas fiestas con excesos dietéticos, o simplemente una mala alimentación y un estilo de vida sedentario.
Culpabilizarnos de estos excesos castigándonos y castigando al cuerpo con una alimentación artificial, monótona y pobre en nutrientes, no es agradable, ni saludable, ni mucho menos eficaz.
Véase también: Primeros pasos para perder peso con salud
Características de las dietas milagro
Las dietas milagro son muchas y muy parecidas, aunque siempre tienen los mismos rasgos que delatan su ineficacia:
Lámina características y definición de las dietas milagro.
¿Cómo detectar dietas milagrosas?
- Son “dietas fotocopia”: no se personalizan ni tienen en cuenta las enfermedades o necesidades especiales de cada uno (p.ej. dieta para el colesterol, diabetes, etc.).
- Siempre aseguran resultados rápidos e introducen términos como «dieta de choque«, «quema-grasas», «desintoxicante», «dieta de los famosos»,…
- Nunca hay un dietista nutricionista cualificado que la prescriba. Se propagan boca-oreja, por revistas o por internet a través de foros (a menudo manipulados) o webs. Generalmente nunca van firmadas por ningún equipo médico, dietista o clínica.
- Son dietas monótonas que no tienen en cuenta que comer es un placer, aunque se deba perder peso.
- Distinguen entre «alimentos buenos» y «alimentos malos», sin especificar qué criterio siguen y en qué base científica está descrito. Además, entre muchas de estas dietas, las listas de alimentos buenos y malos se contradicen unas con otras.
- En ocasiones se exagera la cualidad de algún nutriente, como por ejemplo, «la proteína hace músculo», «los carbohidratos engordan», «la fruta es depurativa».
- Algunas dietas obligan a comprar productos específicos: sirope de savia de arce, una marca concreta de cereales, batidos hiperproteicos determinados, suplementos, etc.
- Prometen una pérdida de peso rápida: superior a 5 kg por mes, que es la pérdida de peso máxima saludable. Algunas dietas dicen que adelgazan hasta 3 quilos por semana, por ejemplo.
- Aseguran que se pierde peso sin esfuerzo.
- Se anuncian como que son completamente seguras y que no conllevan riesgos para la salud de quien la realiza.
- Incluyen testimonios, relatos e historias para aportar credibilidad, con ejemplos típicos de «antes y después» (que la mayoría de veces incluyen fotos falsas o retocadas).
- La mayoría no acompañan la dieta de pautas de ejercicio, por lo que lógicamente no son dietas realistas.
- No indican cómo comer después de conseguir el peso deseado.
Más información sobre tipos de dietas milagro.
13 marzo, 2022