Definición de dieta mediterránea, historia, alimentos que la componen y beneficios
¿Qué es la dieta mediterránea?
La dieta mediterránea es un modelo de alimentación y de estilo de vida, que se ha ido configurando a lo largo de la historia, fruto de la encrucijada de culturas que se produce en los países del mar Mediterráneo.
En la Antigua Grecia, el olivo era considerado un árbol sagrado, que si alguna persona dañaba, se sometía a la pena del destierro.
La alimentación es un pilar básico en la cultura de las civilizaciones, que refleja los cambios de las sociedades y su evolución en el tiempo.
Numerosos estudios han valorado la cultura gastronómica y el estilo de vida mediterráneos como uno de los modelos de dieta más completos y saludables del mundo.
Origen de la dieta mediterránea
El clima suave de la región mediterránea ha permitido no tan solo la agricultura, sino que también ha configurado un carácter abierto y el sentido de la armonía con la naturaleza, apreciado desde la Antigua Grecia.
Se trata de una herencia cultural histórica, que como resultado, ofrece un amplio abanico de alimentos. Debido al valor dietético, nutricional y cultural de este plan de alimentación, la UNESCO la ha nombrado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Historia de la dieta mediterránea
Características generales y componentes de la dieta mediterránea
A grandes rasgos, la dieta mediterránea se distingue por:
- Predominancia de alimentos vegetales, donde abundan las verduras y las frutas.
- El trigo, pan, legumbres y cereales como principal fuente de energía.
- Consumo de aceite de oliva virgen extra
- Pescado y marisco como principal fuente de proteína animal.
*Más información: Alimentos de la dieta mediterránea
Propiedades curativas de la dieta mediterránea
- Salud cardiovascular: la dieta mediterránea ayuda a mejorar la presión arterial, previene la formación de arteriosclerosis, reduce la formación de trombos, disminuye el colesterol malo y aumenta el colesterol bueno en sangre (Más información)
- Protege frente enfermedades respiratorias: la dieta mediterránea se está estudiando como un factor protector frente infecciones pulmonares, alergias respiratorias, rinitis y el asma.
- Protege frente el Alzheimer y las enfermedades degenerativas: la dieta mediterránea ayuda a mejorar las funciones cognitivas del cerebro y previenen la aparición de esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson, demencia senil y Alzheimer. Asimismo, se ha demostrado que esta dieta mejora la memoria y esperanza de vida de la población.
- Protege frente a ciertos tipos de cáncer: la dieta mediterránea es un factor protector frente el cáncer de estómago, de mama y de colon.
Beneficios de la dieta mediterránea
Dieta mediterránea en la actualidad
El pan ha permanecido durante siglos y milenios en la base de la cultura mediterránea. Sin embargo, a partir del período 1965 – 1987, el consumo de pan disminuye entre la población, en una dieta con mayor presencia de lácteos, carne y de sus derivados, mientras el consumo de otros productos tradicionales como las legumbres y los tubérculos también se ve disminuido.
No hay que olvidar que el pan es un alimento energético, nutritivo, fácil de digerir y que no produce residuos en el organismo. Este alimento y los cereales, son el pilar básico para una buena salud y crecimiento, que ha permitido la supervivencia de los pueblos durante milenios.
Anuncio de un «menú mediterráneo» en un restaurante. El fast-food daña la cultura alimentaria.
La sociedad del bienestar, que es la que habita en las sociedades económicamente más avanzadas, ha visto como el consumo de alimentos tradicionales se ha desplazado por alimentos industriales, de cocción rápida y rápidos de comer. A menudo, además, estos alimentos son poco nutritivos.
En detrimento del pan, las grasas alimentarias han aumentado considerablemente su presencia en la dieta, a través del exceso de aceite, fritos, precocinados, bollería y alimentos industriales. La grasa de origen animal ha aumentado en la dieta, lo que ha provocado el aumento del colesterol y las enfermedades cardiovasculares.
El estilo de vida sedentario, la mala alimentación y el estrés de las grandes ciudades propicia enfermedades asociadas al exceso dietético y a la desnutrición (por comer mucho, pero desequilibradamente).
Una mala alimentación puede provocar enfermedades en el futuro
En efecto, el desplazamiento de los hábitos alimentarios saludables conlleva algunos déficits de minerales y nutrientes, como el cinc, el calcio, el magnesio o ácidos grasos esenciales, que a largo plazo pueden provocar enfermedades tales como infertilidad, osteoporosis, fibromialgia o demencia senil respectivamente.
Consecuencias de la comida chatarra
Más información sobre la dieta mediterránea.
13 abril, 2022