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Cómo cultivar Passiflora edulis
Características de la fruta de la pasión o maracuyá
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El género Maracuyá o fruta de la pasión (Passiflora ssp) comprende una serie de lianas trepadoras que crecen en estado natural en las regiones subtropicales de América.
Existen más de 460 especies del genero Passiflora.
Entre todas ellas, destaca la Passiflora edulis, que, como su nombre indica, se utiliza principalmente por sus frutos comestibles y la que se reconoce generalmente como auténtica Maracuyá.
Originaria de la zona amazónica del Brasil, se cultiva en muchos lugares del mundo que poseen un clima tropical o subtropical.
Variedades de maracuyá
A partir de ella derivan una serie de variedades. Las más reconocidas son:
- Maracuyá amarillo: (Passiflora edulis f. flavicarpa): Necesita de zonas tropicales para ser cultivada con unas temperaturas constantes y elevadas. Es más resistente a las enfermedades y produce mucho más que otras variedades. Se cultiva fundamentalmente en Sudamérica, Hawai y Australia
- Maracuyá púrpura (Passiflora edulis f. edulis). Crece bien en zonas templadas. Suele cultivarse preferentemente en otras zonas de África y la India
Maracuyá: Riego y humedad
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Es importante regar esta planta cuando el clima es seco. Esto se tendrá en en cuenta sobre todo durante la época de crecimiento. No hay que olvidar que, al tratarse de una planta tropical, requiere un riego abundante y constante.
El maracuyá necesita entra 800 y 1500 litros de agua anuales, por lo tanto, en caso de de no producirse estas lluvias o de no hacerlo de una manera bien distribuida a lo largo de todo el año, se deberá regar artificialmente. El riego será pues obligatorio en zonas cálidas no tropicales, o en zonas más frías cuando se cultiva en invernaderos.
También habrá que tener en cuenta la humedad ambiental. El maracuyá requiere una humedad ambiental elevada para producir abundantes frutos y de buena calidad. En caso de que se pueda controlar la humedad ambiental hay que tener en cuenta este detalle.
El riego se realizará mediante la técnica de gravedad, de manera que toda la superficie alrededor de cada planta en un diámetro más o menos de 80 cm a 1 metro quede bien empapada. Se ha comprobado que los riegos por aspersión no resultan adecuados dado que favorecen la aparición de enfermedades fúngicas y los problemas de floración.
Maracuyá: Ambiente y exposición
El maracuyá requiere ser cultivado en un lugar cálido con temperaturas que oscilen entre los 24 y los 28 ºC. Temperaturas por encima de este rango producen una mayor rapidez en la maduración de los frutos, a costa de una pérdida de cantidad, vistosidad y calidad de los mismos. Por otra parte, cuando las temperaturas son más bajas, la cosecha se retrasa y la producción es mucho menor.
En zonas cálidas se cultiva desde el nivel del mar hasta los 1.300 metros, generalmente en zonas de influencia del océano Pacífico, siendo el nivel más adecuado para una óptima producción entre los 400 y los 800 metros. Si se planta en zonas bajas de influencia atlántica, puede presentar problemas.
El maracuyá es una planta que debe cultivarse al sol. Solamente cuando el sol incida un promedio de 5 horas diarias sobre sus hojas, producirá frutos de una calidad y propiedades alimentarias adecuadas. Es mejor plantar los ejemplares de maracuyá en zonas soleadas y resguardadas si se pretenden conseguir resultados óptimos. Los lugares muy ventosos propician el resecamiento de las hojas y obligan a efectuar un riego demasiado abundante, además de producir daños en la superficie de los frutos.
En lugares no tropicales el cultivo de esta planta es más delicado, dado que requiere unos factores de ambiente y exposición muy adecuados. Todo ello obliga muchas veces a plantar estas enredaderas a cubierto. No obstante, si disponemos de un lugar soleado y protegido, serán capaces de crecer al exterior produciendo flores y frutos de una mayor presencia y calidad.
Maracuyá: Plantación y reproducción.
El maracuyá puede reproducirse mediante acodo (Véase como se realiza la técnica de reproducción mediante acodo) o mediante estaca, aunque la forma más adecuada es mediante semillas.
¿Cómo reproducir el maracuyá mediante semillas?
Es conveniente conseguir semillas certificadas que garanticen una producción adecuada y unos frutos de buena calidad, con la presencia y el tamaño adecuado. Una vez se han comprado las semillas, estas deben prepararse adecuadamente antes de plantarlas en el semillero.
Para ello se cubren con agua durante unos cuatro días, con lo que se consigue ablandarlas para que puedan germinar. Posteriormente se lavan bien para eliminar la capa mucilaginosa que ha producido la fermentación en agua. Finalmente se tratan con fungicida.
Una vez preparadas adecuadamente, se plantan en el semillero, sobre un suelo previamente desinfectado. Se plantarán sobre surcos distanciados unos 15 cm y a unos 40 cm unas de otras. Las semillas deben cubrirse con una fina capa de tierra. Se regarán adecuadamente y se colocarán en un lugar sombreado manteniendo el grado de humedad de una manera constante.
Al cabo de unos 20 días las semillas comienzan a germinar. Al cabo de unos 20 días después de haber germinado, cuando las plántulas hayan alcanzado unos 10 cm de altura, cada una de las plantas deberá trasplantarse en una bolsa de plástico para plántulas con una cucharadita de fertilizante orgánico. También se deberá apoyar el ejemplar sobre un tutor para que pueda agarrarse con facilidad.
Una vez la planta haya alcanzado medio metro de altura puede trasplantarse a su lugar definitivo. Para ello de deberá prepararse este adecuadamente: El suelo debe ararse bien para estar previamente libre de hierbas y de restos de ramas u otras plantas. Posteriormente, se realizarán agujeros de unos 50 cm de profundidad por 40 cm de anchura. Cada uno de los agujeros debe estar situado a una distancia de unos 5 metros sobre surcos separados unos 3 metros uno de otro. (En caso de suelos muy pobres se pueden separar las plantas unos 4 metros una de otra manteniendo la misma distancia entre los surcos) En el interior del agujero debe suministrarse una buena cantidad de fertilizante orgánico.
Las plantas a raíz desnuda se colocarán dentro de agujero, se colocara el tutor adecuado y se reafirmará la tierra a su alrededor. Luego se atarán al tutor. (Véase más detalles de como plantar una planta trepadora)
¿Cómo entutorar el maracuyá?
A la hora de entutorar el maracuyá se suelen utilizan tres maneras diferentes: espaldera, emparrado y entutorado hawaiano o en forma de T. El sistema de emparrado, aunque consigue un mayor aprovechamiento de la luz y facilita la recogida de los frutos, resulta muy caro y es poco utilizado.
El sistema de espaldera o espaldera vertical consiste en colocar en el terreno una serie de postes a unos 5 metros de distancia unos de otros que alcanzan una altura de unos 2 metros. Sobre estos postes se tienden dos líneas de alambres una a 1 metro de altura y otra a 2 metros de altura sobre el suelo.
La espaldera en forma de T o espaldera hawaiana esta formada por una serie de estructuras formadas por un palo vertical de unos 2 metros de altura sobre el que se coloca otro horizontal de un metro de longitud. Estas se suelen situar a unos 6 metros de distancia unos de otros. Sobre la estructura horizontal se suspenden tres alambres situados a unos 30 cm uno de otro. El sistema de espaldera es el más utilizado porque proporciona una serie de ventajas con respecto a los otros métodos de entutorado:
- Mayor ventilación y exposición a la luz y, como consecuencia, mayor crecimiento y menor riesgo de enfermedades. Mayor posibilidad de utilización en zonas de elevada humedad.
- Mayor facilidad en la poda y, como resultado, menor posibilidad de entrecruzamiento de las ramas.
- Mayor facilidad en la recolección de los frutos tanto mecánica como manualmente.
- Mayor facilidad en la aplicación de los tratamientos.
A pesar de las ventajas, hay que tener en cuenta que se trata de un método muy caro y que requiere un buen mantenimiento.
Maracuyá: Cuidados, poda, suelo y abonado
Además del entutorado, se debe procurar mantener el terreno húmedo en las épocas adecuadas. Es necesario también conservar la tierra libre de malas hierbas. Para ello se escardará la tierra entre planta y planta por encima de tanto en tanto, para no herir las raíces que crecen superficialmente.
Otros cuidados que se deben tener en cuenta son:
¿Cómo podar el maracuyá?
La poda del maracuyá se centra en la utilización de esta técnica para favorecer un crecimiento adecuado (poda de formación), para eliminar aquellas ramas que se encuentran demasiado bajas, que sobresalen demasiado de los tutores o que se encuentran en malas condiciones (poda de mantenimiento) y para conseguir que la planta, una vez establecida, consiga tener más vitalidad (poda de renovación).
La poda de formación eliminará todas las ramas inferiores a 1 metro de altura sobre el suelo. Posteriormente, dejará solamente un par de ramas principales en cada planta. Cuando estas alcancen los alambres superiores de la espaldera, se cortará la yema terminal, para que surjan brotes que se desplacen lateralmente. Finalmente, si la planta posee demasiado densidad, se puede eliminar una de las dos ramas principales.
En la poda de renovación, que se lleva a cabo al tercer año después de la plantación, se eliminarán todas las ramas menos las principales, dejándolas con una longitud de 1,5 metros.
Maracuyá: Suelo y abonado
Los mejores suelos para el cultivo del maracuyá son los profundos y bien drenados con abundante materia orgánica. Necesita suelos como mínimo de 1 metro de profundidad para desarrollarse con normalidad. Prefiere los suelos bien cavados y con abundante estiércol, con un pH que puede variar entre e 5, 5 y 7, siendo 6 el pH ideal. Hay que evitar a toda costa los suelos arcillosos porque impiden el drenaje reteniendo el agua en las raíces, que es la causa de la aparición de podredumbres y numerosas enfermedades fúngicas.
El maracuyá debe abonarse adecuadamente para conseguir una producción óptima Entre los nutrientes más necesarios se encuentra el nitrógeno, el fósforo y el potasio. En la preparación de los suelos resulta adecuado añadir materia orgánica bien desmenuzada para que crezca adecuadamente. Posteriormente, antes de la floración, deberá abonarse nuevamente, añadiendo también potasio. Un fertilizante múltiple cada dos meses puede resultar interesante.
Además de cultivarse directamente en el suelo, el maracuyá puede también cultivarse en grandes contenedores, siempre teniendo en cuenta que estos deben ser profundos y con un diámetro no inferior a los 35 cm. Se procurará suministrarle un suelo fértil muy rico en materia orgánica.
Maracuyá: Especies y variedades
Otras especies de Maracuyá también cultivadas aunque con un valor alimenticio inferior o una producción menos interesante son:
- Granadilla ( Passiflora incarnata): con frutos de color amarillo que se vuelven naranja al madurar. Al ser menos dulce, se utiliza para la confección de mermeladas, dulces o bebidas en las que se añade azúcar. La planta seca se utiliza en medicina natural para el tratamiento del insomnio y para el tratamiento de problemas nerviosos del estómago.
Foto de flor de Passiflora incarnata
- Tumbo gigante, granadilla grande o badea (Passiflora quadrangularis): es una de las maracuyás más vigorosas, pudiendo alcanzar los 20 metros de altura. Se caracteriza por producir los frutos más grandes, existiendo ejemplares de hasta 15 cm de longitud por 30 de diámetro. Al igual que la especie anterior, es poco dulce, por lo que se utiliza para hacer mermeladas o dulces. Los frutos verdes pueden consumirse como verdura. Es muy rica en vitamina A, vitamina C y minerales, como hierro, fósforo y calcio, pero destaca por ser reconocida como la planta que posee un contenido más elevado de vitamina B3 (niacina).
La raíz es venenosa y se utiliza para eliminar los gusanos intestinales. En su composición se ha descubierto serotonina, un potente neurotransmisor, necesaria para el buen estado del sistema nervioso y cuyas deficiencias son responsables de patologías como la depresión, ciertos tipos de obesidad, comportamientos obsesivos, insomnio, migrañas, etc.
- Maracuyá naranja (Passiflora laurifolia) Natural de Colombia y Perú, con fruto amarillo de hasta 8 cm y flores con pétalos rojizos por un lado y verdosos por el otro.
Al igual que la Passiflora quadrangularis, sus raíces sirven para realizar decocciones con las cuales se eliminan los gusanos intestinales.
Es una de las menos conocidas. Produce frutos de unos 8 cm de longitud de color naranja-amarillento, que contienen una pulpa de color blanco rosado, muy jugosa y ligeramente ácida muy rica en vitamina B5 (ácido pantoténico) Con este jugo se realizan estupendas bebidas. Muchas veces se utiliza para saciar la sed de los caribeños. Para ello se realiza un pequeño agujero en uno de los extremos y, a través de él, se absorben su líquido.
- Maracuyá dulce, ouvaca (Passiflora alata) Se caracteriza por producir flores muy vistosas de color rojo y forma estrellada. Produce frutos muy grandes y muy escasos, por lo que resultan muy apreciados.
- Passiflora antioquiensis: Caracteriza por ser una de las plantas de este género que produce las flores más largas y los frutos más deliciosos. Crece en estado natural en las selvas de Colombia donde son polinizadas por los colibríes. Sus flores y sus frutos cuelgan de largos pedúnculos. Es una planta muy rara y difícil de encontrar, que muy pocas veces se puede encontrar cultivada.
- Flor de la pasión (Pasionaria caerulea) Natural de Centroamérica, aparece como planta cultivada en numerosos jardines de clima cálido por su capacidad para aguantar temperaturas más bajas que la mayoría de las plantas de este género. La flor de la pasión es la planta de este género que más se utiliza en medicina natural. (Ver más información en » Propiedades de la flor de la pasión» en el listado inferior)
- Pasionaria mollissima: Produce frutos muy tempranos y abundantes. Su contenido en azúcar es más bajo que en el resto de las pasionarias.
Más información sobre las contraindicaciones, toxicidad y propiedades de la flor y fruto de la pasión.
30 agosto, 2024