Contenidos
- 1 Usos de los árboles para el planeta y los seres vivos
- 1.1 ¿Cómo nos benefician los árboles?
- 1.2 Los árboles protegen de la erosión del suelo
- 1.3 ¿Qué ocurre en terrenos donde no hay árboles para frenar la erosión?
- 1.4 Árboles para proteger del viento
- 1.5 Plantación de bosques como defensa contra la erosión del terreno
- 1.6 Los árboles ayudan al control de la temperatura ambiental
- 1.7 Árboles en ciudades, pueblos y zonas residenciales
- 1.8 Los árboles mejoran la calidad del aire en las ciudades
- 1.9 El verdor mejora la salud de las personas
- 1.10 Los árboles cuidan la salud del planeta
- 1.11 ¡Planta un árbol!
Usos de los árboles para el planeta y los seres vivos
¿Cómo nos benefician los árboles?
Los árboles juegan un papel muy importante en la protección del medio ambiente. Los árboles, mediante la fotosíntesis, son principalmente responsables de proporcionar parte del oxígeno que respiramos y eliminar dióxido de carbono, causante del calentamiento de la atmósfera, que conlleva el temido efecto invernadero.
Los árboles protegen de la erosión del suelo
Los árboles protegen el suelo de la erosión desde diferentes ámbitos. Sus ramas y hojas detienen el impacto directo de las gotas de la lluvia sobre el terreno. Por ejemplo, el agua de la lluvia desciende a través de los troncos o cae desde las ramas o las hojas a menor velocidad que la lluvia, por lo que tiene más posibilidad de infiltrarse en el suelo.
Con ello se consigue que una mayor proporción de agua quede retenida en el subsuelo como reserva, y que discurra menos agua sobre la superficie, disminuyendo el efecto erosivo de la lluvia.
Las raíces de los árboles forman también un entramado que sujeta la tierra y ayuda a protegerla. En los bosques, o en las zonas con vegetación, los minerales de la superficie son arrastrados en mucha menor proporción que en las tierras desnudas.
¿Qué ocurre en terrenos donde no hay árboles para frenar la erosión?
En zonas con pocos árboles, pocos arbustos o poca hierba, el agua puede formar grandes surcos y empobrecer la tierra hasta volverla estéril. Los grandes desiertos actuales fueron grandes bosques en el pasado.
Árboles para proteger del viento
Los árboles también actúan de pantalla contra el viento, otro de los factores erosivos muy importantes. Los árboles detienen la fuerza del viento e impiden que éste arrastre los materiales a otro lugar o que los impulse con fuerza contra el mismo suelo lo que favorece su disgregación.
Plantación de bosques como defensa contra la erosión del terreno
Se ve claramente la importancia de la erosión del viento sobre el paisaje en los lugares desnudos de vegetación, como los desiertos, donde el arrastre de la arena por el viento hace cambiar las dunas. En muchas ciudades situadas junto a los desiertos se plantan árboles para impedir el avance de los mismos.
A menor escala, muchos bosques de pinos en el litoral han sido levantados artificialmente para frenar el avance de las dunas marítimas. Por ejemplo, el Parque Natural de Doñana, situado en el sureste de España, es un buen ejemplo de como la utilización de pinares de pino piñonero (Pinus pinea) puede ser usado como defensa contra la erosión eólica.
Los árboles ayudan al control de la temperatura ambiental
Los bosques también actúan positivamente contra los cambios de temperatura, otro de los factores destructivos del suelo. Las diferencias de calor y frío entre el día y la noche producen su disgregación y contribuyen a acelerar el proceso erosivo.
El sol incide directamente sobre el suelo desnudo y aumenta la evaporación del agua, secando el terreno. En zonas boscosas, la humedad del suelo es muy abundante.
Se ha comprobado además que los bosques actúan como moderadores ambientales al mantener en su interior una temperatura no tan extrema como al exterior de los mismos. Los bosques proporcionan más frescura en verano y más calor en invierno. Las diferencias de temperatura entre el interior de un bosque y las zonas adyacentes exteriores pueden llegar a ser de 1 a 3 ºC.
Árboles en ciudades, pueblos y zonas residenciales
En las zonas urbanas, los árboles también son capaces de moderar los efectos del sol, la lluvia y el viento. Un árbol de hojas caducas, situado junto a un edificio en dirección al sol, será capaz de dejar pasar los rayos solares en invierno, cuando está desprovisto de hojas.
Al llegar el verano, las hojas cubrirán la copa, filtrarán los rayos del sol, y proporcionaran sombra y frescor. En jardinería, una pantalla realizada con un seto de árboles o arbustos perennes como el boj o el ciprés es muy válida para frenar la fuerza del viento o proporcionar más intimidad en el interior del jardín.
Se ha comprobado que los árboles plantados junto a los grandes edificios son capaces de disminuir el calor de los mismos, por lo que, desde un punto de vista económico, resultan muy rentables dado que las personas que viven en edificios moderados por ellos no necesitan tener el aire acondicionado tan alto. El valor económico de los árboles en zonas residenciales se manifiesta también en el hecho de que las viviendas que poseen árboles en propiedad tienen un precio más alto en el mercado inmobiliario.
Los árboles mejoran la calidad del aire en las ciudades
Los árboles de los parques de las ciudades ayudan a mejorar la calidad del aire, absorbiendo dióxido de carbono, dióxido de azufre, ozono y otros contaminantes. Los árboles nos ayudan a respirar mejor al atraer las partículas de polvo que quedan adheridas a sus hojas. Posteriormente, el agua de lluvia las limpia y lo conduce hasta el suelo. Los árboles urbanos disminuyen la sonoridad ambiental. Los parques de las ciudades constituyen un lugar muy adecuado para el ocio y el esparcimiento.
El verdor mejora la salud de las personas
Los árboles de los pueblos y ciudades tienen una influencia positiva sobre la personalidad de sus habitantes. Disfrutamos del placer estético de contemplar y admirar la belleza de su figura, su porte majestuoso o frágil. Nos atrae el colorido o fragancia de sus flores, la delicadeza de sus hojas ocres en otoño.
Además de estos factores plásticos, las personas nos sentimos más a gusto, más relajadas en contacto con ellos, porque los árboles ejercen un efecto positivo sobre nuestra salud. Estudios realizados con pacientes en algunos hospitales han demostrado que los que contemplaban desde sus camas una visión con árboles mejoraban antes que los que veían edificios en frente de la ventana. Los árboles frutales, además, proporcionan frutos, que son muy beneficiosos para la salud.
Es muy conveniente pasar más tiempo en la naturaleza e incluso, en las ciudades, cultivar plantas de interior para obtener los beneficios de las plantas.
Los árboles cuidan la salud del planeta
Nunca se debe dejar de insistir en la importancia de los árboles para la salud total de nuestro planeta Tierra. Los árboles proporcionan la sombra adecuada para que debajo de ellos puedan vivir plantas o animales.
Muchos organismos vivientes se alimentan de sus frutos, sus ramas, su corteza, sus hojas o su savia; otros construyen sus nidos, se protegen en sus copas de sus enemigos, vigilan sus presas desde sus atalayas o perforan sus tejidos en busca de cobijo o alimento. Otros devoran sus tejidos cuando, muertos, se pudren sobre el suelo (insectos xilófagos).
¡Planta un árbol!
Si plantamos o conservamos los árboles contribuimos a devolver o conservar mejor el Medio Ambiente. Los árboles, con sus procesos de crecimiento, reproducción y descomposición, contribuyen a garantizar la biodiversidad. La prevención de los incendios forestales y la reforestación del bosque son tareas necesarias para garantizar la salud de nuestro planeta.
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8 diciembre, 2020