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¿Cómo son las adaptaciones de los tiburones?
Adaptaciones relacionadas con la localización de las presas
Los tiburones detectan desde lejos a sus presas con el oído y el olfato. Cuando se aproximan a su presa, estos animales emplean la vista, pero cuando se encuentra a su lado, en el momento del ataque, cierran los ojos y se guían por su sensibilidad eléctrica que le informa de la situación de la presa según su campo bioeléctrico.
Los ojos de los escualos están situados en posición latero-dorsal para divisar con exactitud las presas. Las narinas del tiburón, situadas en la punta del hocico, no tienen ninguna función respiratoria, sino que le sirven al animal para percibir los olores.
Los tiburones tienen un gran sentido del olfato, lo que les permite detectar cantidades muy pequeñas de sustancias diluidas en el mar y encontrar así comida con gran facilidad.
Los tiburones han desarrollado un sentido electromagnético. Por contra, el sentido de la vista no es el más desarrollado en estos animales. Los tiburones no son capaces de percibir todos los sonidos agudos que percibe el ser humano, sin embargo, son capaces de oír más sonidos graves.
Oír este tipo de sonidos es más importante para los escualos, pues corresponden a los ruidos hechos por un banco de peces o por un pez herido. El oído, es, de hecho, el principal sentido que emplean los tiburones para la detección de una presa. Con el sentido del tacto, los escualos detectan a cualquier presa que esté a su alcance. Finalmente, con el sentido del gusto, gracias a las papilas gustativas situadas dentro de la boca, los tiburones aceptan o rechazan el alimento.
Adaptaciones relacionadas con la captura de las presas
Las escamas del tiburón también juegan un papel importante en su locomoción, pues intervienen en la hidrodinámica del animal. La rugosidad de las escamas, de tipo placoide, se oponen al movimiento laminar y se generan fuerzas contrarias al desplazamiento, con lo que se consigue un mayor desplazamiento. Las escamas se alinean en varias hileras canalizando el agua y reduciendo la resistencia. Con todo ello, las escamas de los tiburones les posibilitan moverse dentro del agua sin hacer ruido.
La estructura tan particular de las mandíbulas de los tiburones les permite empujar hacia afuera la parte superior de ellas lo que le da gran flexibilidad a las mandíbulas. La flexibilidad de las mandíbulas les ha conducido a técnicas de alimentación, no únicamente de cortar y despedazar, sino también succionar alimentos del lecho marino.
En las especies de tiburón que se alimentan de plancton, como el tiburón ballena (Rhincodon typus), las adaptaciones evolutivas de la alimentación han variado totalmente la forma y el tamaño de las mandíbulas, han disminuido el tamaño de los dientes y han modificado las estructuras branquiales para convertirlas en enormes filtradores de plancton.
Los tiburones sierra (família Pristiophoridae) han desarrollado hocicos con forma punzantes para herir a los peces más pequeños o a otros animales y así poder capturarlos.
El tiburón azotador, también llamado tiburón zorro, de nombre científicio Alopias vulpinus, emplea la cola a modo de látigo como técnica de caza para golpear a los bancos de peces y herirlos o aturdirlos con el objetivo de poder cazarlos con facilidad.
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3 enero, 2022