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Parásitos de la hormiga de fuego
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La hormiga de fuego, una especie invasora dañina
La hormiga de fuego, de nombre científico Solenospis invicta, posiblemente sea una de las hormigas más temidas del mundo, allá donde el ser humano haya tenido la mala fortuna de conocerlas.
Con un enorme potencial de colonización, la hormiga de fuego ha sido capaz de invadir gran parte de los Estados Unidos, Australia, Filipinas e incluso la China.
Además de tratarse de una especie exótica invasora y, por lo tanto, que constituye una amenaza para la fauna salvaje del lugar donde ha sido introducida, es un peligro real para la salud de las personas y sus animales.
Las hormigas son parientes lejanos de las avispas, agrupados ambos dentro del orden de los himenópteros. La hormiga de fuego, como las avispas, conserva su aguijón venenoso capaz de infligir serios daños cuando inocula su veneno a base de ácido fórmico concentrado.
Pequeñas moscas parásitas, los peores enemigos de la hormiga de fuego
Pese a la naturaleza invasora de la hormiga, capaz de aprovechar los ambientes humanizados que el hombre le proporciona con su actividad, en tareas como la agricultura, lo cierto es que la hormiga de fuego no tiene la última palabra en esta batalla que el hombre le ha librado en países como Australia.
Como sucedió con la famosa Guerra de Troya, las hormigas pueden ser utilizadas por el hombre como caballo de Troya para vencerlas. Aprovechando los conocimientos de biología que se tiene en el campo de la entomología, el ser humano ha descubierto, en una diminuta mosca parásita, el peor enemigo de la poderosa hormiga fuego.
Las moscas decapitadoras, o moscas fóridos, del género Pseudacteon, son unos parásitos de las hormigas. Estos pequeños parásitos, de menor tamaño que la hormiga, se introducen en la colonia de hormigas sin hacerse notar, cuando cada hembra pone un huevo en el corazón de cada una de las hormigas obreras y cada mosca hembra pone unos 200 o 300 huevos en cada una de las hormigas obreras. A través de la circulación, el huevo se dirige al interior de la cabeza de la hormiga y se va comiendo su contenido.
La larva de mosca parásita controla a la hormiga parasitada para que se dirija a un lugar seguro de donde emerger como mosca adulta. Sin embargo, no es hasta momentos antes de su nacimiento como mosca, que la hormiga percibe los efectos de la invasión del pequeño monstruo que lleva dentro.
El nacimiento de la mosca parásita significa la muerte de la hormiga que lo albergaba, pues en los instantes antes que transcurren hasta que de la larva salga la mosca, se produce la decapitación de la hormiga para facilitar la salida del parásito al exterior. El proceso de exterminio de las hormigas se multiplicará con la invasión de otras obreras para seguir el ciclo natural del parásito.
¿Se está utilizando actualmente este método de control biológico de la hormiga de fuego?
Utilizar a las moscas decapitadoras parece ser muy efectivo, aunque su utilización como agente de control biológico está en fase experimental.
Se han reportado casos de ataques de otros grupos de moscas decapitadoras sobre la abeja doméstica. No obstante, las moscas decapitadoras del género Pseudacteon atacan solamente a hormigas y parece que haya especies concretas de estas moscas parásitas que solamente parasitarían a la hormiga Solenopsis invicta u hormiga de fuego, dada su alta especificidad de huésped.
* Información relacionada: Moscas parásitas / Control natural de plagas
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22 abril, 2019