¿Por qué las lombrices intestinales son muy peligrosas?
El desarrollo de estos parásitos gastrointestinales tiene lugar totalmente en la luz del intestino o pueden introducirse en el interior de la mucosa.
No obstante, en el ciclo de muchas especies se produce una fase migratoria en la que las larvas viajan a distancias considerables a través del cuerpo antes de alcanzar su destino final. Una de las rutas más comunes es la hepato-traqueal. Las larvas se trasladan desde el intestino hasta el hígado a través de la vena porta. Posteriormente, migran por la vena hepática y la vena cava caudal hasta alcanzar el corazón. De allí, pasan a los pulmones por la arteria pulmonar. Las larvas continúan su viaje a través de los bronquios, tráquea y esófago para localizarse en el intestino.
A lo largo de todo este recorrido por el cuerpo del huéped parasitado producen daños en las zonas donde pasan por causa mecánica y química, debido al rozamiento de sus cuerpos y a la liberación de productos tóxicos que se forman por el metabolismo de estos parásitos.
¿Que daños producen las lombrices intestinales?
Un ejemplo concreto serían las lombrices intestinales del género Ascaris que causan la enfermedad llamada ascaridiosis en la que inicialmente hay migración pulmonar que provoca sintomatología respiratoria, como tos espasmódica o dificultad respiratoria (disnea).
La fase intestinal provoca cólicos, diarreas y vómitos y puede llegar a la obstrucción intestinal cuando hay una gran carga parasitaria. Además, puede haber migración errática y producirse lesiones en cerebro, ojos y riñones.
Todos estos daños son debidos a las migraciones que llevan a cabo las larvas de las lombrices intestinales por el cuerpo del animal parasitado (el huéped definitivo), ya sea un perro o un gato, por ejemplo, o un humano en ocasiones.
* Ver más sobre: Características de las lombrices intestinales
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22 abril, 2019
