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¿Qué adaptaciones tiene el gato?
Adaptaciones del gato para la caza
El gato es un eficaz depredador gracias a sus numerosas adaptaciones que le hacen extremadamente versátil en el arte de la caza.
Adaptaciones del gato relacionadas con su anatomía
Los felinos son los mamíferos más rápidos del mundo y están perfectamente adaptados para realizar la caza a la carrera. Sus cuerpos están diseñados para ser fuertes, rápidos y ágiles. Estos animales poseen una flexibilidad, una agilidad y una fuerza sorprendentes que le permiten dar caza a presas muy rápidas y escurridizas.
Las garras del gato tienen mechones de pelo entre las almohadillas que amortiguan el ruido que hace al caminar o correr. Cuando se desplaza, el gato mantiene las uñas retraídas para no hacer ruido.
El cerebro del gato está altamente especializado para permitir que sobreviva como un cazador solitario desde muy temprana edad. El cerebro del gato cazador coordina todos los movimientos del animal.
El gato tiene un pelaje mimético con rayas o manchas que le sirven para camuflarse entre las sombras de la vegetación y que sus presas no le descubran.
* Información relacionada: Anatomía del gato
Adaptaciones del gato relacionadas con sus sentidos
Gato preparado para la caza
El gato tiene más de 19 millones de terminaciones nerviosas en sus fosas nasales, lo que le confieren una gran capacidad olfativa.
La visión nocturna del gato es seis veces superior a la nuestra gracias una estructura que tiene en el ojo llamada tapetum lucidum, que sirve para amplificar la la luz y mejorar la capacidad de visión.
Adaptaciones del gato relacionadas con su comportamiento
El gato aprovecha las horas del alba y del crepúsculo para cazar pero, en realidad, puede cazar a cualquier hora del día, según los hábitos de su presa. Muchas aves son de actividad exclusivamente diurna y algunos mamíferos se muestran activos cuando la temperatura y la luz son las adecuadas.
Adaptaciones del gato relacionadas con su técnica de caza
La técnica de caza del gato es el acecho. Después de permanecer observando la presa con todos los sentidos concentrados en ella y efectuar una corta carrera, el gato se abalanza sobre ella de un salto.
A medida que se aproxima a la presa, el gato compensa la desventaja de la escasez de visión cercana manteniendo los bigotes hacia delante para percibirla como si tuviese una mano adicional y localizarla con gran precisión.
Cuando los bigotes (llamados vibrisas) y la piel sensible que rodea la boca del animal entran en contacto con la víctima, empieza una secuencia de movimientos automáticos. El gato gira la cabeza y se dispone a asestar el mordisco mortal.
Una serie de receptores situados en los labios inician la abertura de las mandíbulas. Otros receptores de la boca desencadenan el mordisco propiamente dicho. Con un buen mordisco en la nuca, los dientes caninos se introducen entre los huesos del cuello y seccionan la médula espinal de la presa para desnucarla, con lo que se produce la muerte instantánea.
Las uñas y los caninos son asimismo órganos sensoriales que indican al gato la resistencia o la presión ejercidas por la presa.
* Información relacionada: Adaptaciones de los animales
Más información sobre el gato.
20 agosto, 2024