Contenidos
- 1 ¿Qué tiene que reunir una especie para ser invasora?
- 1.1 ¿Qué tiene que suceder para que un animal sea considerado especie exótica invasora?
- 1.2 ¿Por qué las especies exóticas se vuelven invasoras?
- 1.3 Los animales exóticos no tienen tantos depredadores
- 1.4 Las especies exóticas invasoras no están tan parasitadas
- 1.5 Las especies exóticas invasoras suelen ser más agresivas
¿Qué tiene que reunir una especie para ser invasora?
¿Qué tiene que suceder para que un animal sea considerado especie exótica invasora?
Cuando se introducen especies foráneas, la tendencia natural que se observa en algunas de ellas, si superan determinadas barreras biológicas, es la proliferación excesiva en el lugar de introducción, generalmente en detrimento de las especies nativas de la zonas y entonces estas especies foráneas reciben la categoría de especies exóticas invasoras.
Una especie necesita de determinadas condiciones ambientales para sobrevivir, de temperatura, humedad, y de buenos recursos para reproducirse o para su alimentación, entre otros. No todos los ambientes son los adecuados para un animal ni todas las especies tienen la misma capacidad de adaptación.
Una especie exótica para llegar a ser considerada especie exótica invasora debe naturalizarse primero y, además, debe tener la capacidad de poderse reproducir en ese lugar. Para ello, es necesario que supere todas las dificultades y requisitos que se han mencionado y algunos más.
Aun así, demasiadas son las especies que superan todas las barreras biológicas, lo que hace que la introducción de especies exóticas sea unas de las causas más importantes de extinción de especies.
¿Por qué las especies exóticas se vuelven invasoras?
Foto de tortuga de Florida (Trachemys scripta elegans)
Las especies exóticas, como se llama a los animales no autóctonos que han llegado a un nuevo ecosistema, no sufren el acoso de los enemigos naturales con la misma intensidad como lo hacen los animales originarios de dicho lugar.
En este sentido, el conejo (Oryctolagus cuniculus) fue introducido en Australia y se multiplicó hasta volverse una plaga porque no tenía casi depredadores, comparado con lo que tenía que enfrentarse en Europa; rivales de la talla del lince, del zorro, del lobo o, por ejemplo, del búho real.
Las especies exóticas tampoco se ven generalmente tan acosadas por enfermedades como lo están las especies autóctonas.
Estos animales pueden tener un potencial reproductor mayor que las especies nativas, lo que las pone en ventaja frente a las especies nativas.
Los animales exóticos no tienen tantos depredadores
Los animales forman parte de una cadena trófica que les une y que les mantiene en estado de equilibrio al cumplir el rol de predador y presa. Las especies foráneas suelen escapar del control de los depredadores con mayor grado que las especies autóctonas.
Los ecosistemas son el resultado de la adaptación de estas especies vegetales y animales con el medio ambiente. Los animales exóticos están libres de sus depredadores naturales y sus nuevos ambientes donde se han naturalizado presentan una menor proporción de especies que les dan caza, ni naturalmente, en muchas ocasiones, no cohabitan con los mismos depredadores que en sus zonas de origen.
Las especies exóticas invasoras no están tan parasitadas
Los parásitos no suponen la muerte de su huésped en la mayoría de ocasiones, pero si les acarrean una menor calidad de vida y menores posibilidades de perpetuación.
Ejemplo de ello sería la mariquita asiática (Harmonia axyridis), cuya presencia en Europa y América le conlleva la ventaja de sufrir menor grado de parasitación que en su área de distribución natural, lo que le facilita estar en franca situación de superioridad frente a las mariquitas autóctonas, que tienen que lidiar con buen gran número de parásitos.
Para el caso los patógenos, muchas son las especies exóticas que deben rendir menos bajas debido a estos elementos.
Las especies exóticas invasoras suelen ser más agresivas
Los animales exóticos invasoras pueden mostrar un comportamiento más agresivo, sobre todo si se trata de especies carnívoras u omnívoras. Ello les da ventajas de cara a colonizar los mejores lugares, tanto de alimentación, como de reproducción, como cualquier otro recurso vital para la especie.
La tortuga de Florida cuando entra en competencia en España con el galápago leproso (Mauremys leprosa) y con el galápago europeo (Emys orbicularis), suele salir ganando al quedarse los mejores lugares para tomar el sol.
* Información relacionada: La perca del Nilo como especie exótica invasora
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5 noviembre, 2021