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¿Por qué son venenosos los anfibios?
El veneno en los animales
Los venenos son algo normal en la naturaleza y cumplen normalmente una función defensiva para el animal que los posee. Los venenos en el caso de encontrarse en los seres vivos están bajo la forma de toxina.
Existen 3 formas de adquirir veneno por parte del animal: una vía endógena, de síntesis que hace el propio cuerpo, una vía exógena a través de la dieta, por acumulación de la toxina, llamada secuestro, y una vía de simbiosis entre el animal y otro organismo, como una bacteria. En el caso de la vía exógena para adquirir el veneno, así como la vía simbiótica, la síntesis de la toxina la lleva a cabo otro organismo.
El veneno de los anfibios
Los anfibios tienen 2 tipos de glándulas en su piel: las glándulas mucosas, para la lubrificación de la piel, y las glándulas serosas o glándulas granulares. Los anfibios contienen su veneno en glándulas granulares de la piel, como las glándulas parótidas de sapos y salamandras.
La mayoría de los anfibios son venenosos, pero su veneno no es muy activo y no entraña graves peligros para la vida del animal. Unas pocas especies de ranas son realmente peligrosas como las ranitas dendrobátidos o ranas punta de flecha de Latinoamérica y las ranas mantella de Madagascar.
En los anfibios, el veneno se guarda en las glándulas de veneno a la espera de ser secretado tras una situación amenazante. Si el anfibio no es muy venenoso, al atacante solo le causará seguramente una irritación de la boca, por lo que lo dejará ir, cumpliendo así la función defensiva. El veneno de los anfibios también tiene propiedades antimicrobianas, para protegerse de microorganismos patógenos. Existe un proceso de selección natural a favor de conseguir cada vez venenos más fuertes.
En un principio, el veneno de todas las ranas venenosas no sería tan letal como lo es en la actualidad con las ranas punta de flecha, lo que permitiría la función aposemática de advertencia a través de vivos colores a los enemigos, a través solo de la experiencia de un mal sabor de boca.
Las principales toxinas de los anfibios son aminas, terpenos, péptidos vasoactivos, como la bradiquinina y la bombesina, proteínas, esteroides y alcaloides. Se cree que los alcaloides son tomados de la dieta por parte del anfibio y que las demás toxinas son biosintetizadas por el animal.
Cómo obtienen el veneno los anfibios
Las ranas punta de flecha, de la familia dendrobatidae, se alimentan sobre todo de hormigas. La mirmecofagia o hábito de comer hormigas es algo común en el mundo de las ranas o sapos (es decir, los anuros) y un hecho imprescindible para que adquieran toxicidad.
- Las ranas punta de flecha recurren a la estrategia de la especialización alimentaria para conseguir defensa química a través de su potente veneno. Esta estrategia les ha permitido a estas pequeñas ranas tropicales ser unos de los vertebrados más venenosos del mundo.
Una prueba que demostraría que los alcaloides de los anfibios venenosos tienen un origen dietético es que cuando las ranas punta de flecha se alimentan en cautividad desde corta edad con drosófilas y otras presas que no contienen alcaloides, los adultos tampoco presentarán ninguna de estas toxinas y quedarán libres de veneno.
Otras toxinas, como distintas aminas tales como histamina, serotonina y tiramina y los péptidos, así como varias proteínas hemolíticas, son sintetizadas por el propio animal. En algunos casos se intuye el mecanismo de biosíntesis de la toxina. Los sapos de la familia de los bufónidos o sapos verdaderos sintetizan su toxina llamada bufadienólida de tipo esteroideo a partir del colesterol.
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24 abril, 2021