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Anfibios que viven en las selvas
¿Qué tienen de especial las selvas?
Las selvas, con su alta humedad y temperaturas elevadas, son el ecosistema más rico en cuanto a anfibios, junto con el bosque de várzea, o bosque inundado de la cuenca amazónica. El sudeste asiático es un punto caliente de biodiversidad de anfibios. Es decir, en esta zona del planeta hay una increíble diversidad en especies anfibias en cuanto a formas, colores y modos de vida. Se calcula que en el sudeste asiático hay unas 700 especies de anfibios.
La selva tropical lluviosa tiene una vida extremadamente exuberante y realmente ningún otro hábitat terrestre posee tanta vegetación como este ecosistema, el de mayor complejidad y el que que tiene una mayor riqueza de especies. Por ello, en la densa selva tropical lluviosa no es tarea fácil descubrir animales. De hecho, muchos visitantes y excursionistas se llevan una gran decepción cuando van a la selva en busca de fauna salvaje y no consiguen ver casi ningún animal. Los animales de la selva pueden esconderse de la mirada del observador humano en la espesura del follaje. Otra explicación para entender porque no se ven tantos animales como en principio cabría esperar es porque son pocos los animales de gran tamaño que viven en la selva. La selva es un ecosistema rico en especies animales, pero abundan los animales de pequeña talla, sobre todo insectos, pero también anfibios y reptiles.
Hasta tal punto es complicada la detección y observación de especies animales en las selvas que no hay un consenso entre los científicos sobre si hay que estimar solo 2 millones de especies, entre plantas y animales, o bien más de 30 millones. Para hacernos una idea, en una selva de Costa Rica, se contabilizaron 4000 especies de mariposas, pero solo 40 especies de anfibios distintas. En otro lugar, se identificaron en solo un árbol 43 especies de hormigas y más de 3000 especies de escarabajos se contabilizaron en tan solo 5 copas de árboles.
* Ver más sobre: Animales de la selva
¿Qué anfibios viven en la selva?
La selva tropical húmeda es un buen hábitat para los anfibios, por la humedad y la riqueza de especies en el agua.
En la selva tropical lluviosa los anfibios no viven únicamente en los cuerpos de agua que se encuentran en el suelo, sino que también viven en las copas de los árboles, puesto que las plantas epifitas permite acumular el agua de las constantes lluvias de estos ecosistemas en sus hojas en forma de embudo. La mayoría de los habitantes de estos reducidos estanques suspendidos en el aire son ranas acuáticas y otros animales de pequeñas dimensiones.
En la selva, sobre todo hay ranas, pero también sapos. Las cecilias son difíciles de ver porque viven en el suelo, pues son de vida subterránea. Aquí, también se encuentran las ranas de colores más vistosos, como la rana verde de ojos rojos (Agalychnis callidryas) o las ranas dendrobates o punta de flecha, cuya toxina localizada en su piel es mortal.
Otro importante grupo de ranas de la selva son las ranas arborícolas, normalmente de pequeño tamaño y con un buen camuflaje. Estas ranas están provistas de almohadillas adhesivas con las que consiguen fijarse a las hojas y tallos de las plantas. Las ranas de cristal Centrolenella sp. tienen el estómago casi transparente, con lo que se les puede ver la palpitación del corazón y los intestinos.
El sapo hoja (Megophrys nasuta) descansa en la hojarasca de los suelos de las selvas del sudeste asiático, en países como Tailandia, Singapur o Malasia.
Otro sapo típico de la selva, en este caso, sudamericana, es el sapo gigante, de nombre científico Bufo marinus. Se trata de una de las especies de sapo de mayor tamaño que junto con su gran toxicidad lo protegen de numerosos depredadores, habiendo sido introducido por el hombre y volviéndose plaga y especie exótica invasora en el presente.
Amenazas de los anfibios de la selva
Muchas especies de anfibios se encuentran amenazadas por la pérdida de hábitat, el tráfico de animales o cambios medioambientales. Son especialmente vulnerables los anfibios debido a una enfermedad mortal causada por un hongo, conocida como quitridiomicosis, que se ha extendido por todo el mundo y ha provoca la extinción de casi 200 especies de sapos y ranas en los últimos 30 años.
Las especies animales amenazadas son mantenidas en zoológicos y otros centros conservacionistas con el objetivo de criarlas para reintroducirlas en su hábitat natural.
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