Propiedades probióticas de los lácteos fermentados, como el yogur y el kéfir
¿El yogur y el kéfir son buenos probióticos?
El yogur, el yogur bífidus y el kéfir son derivados lácteos que se obtienen a partir de la fermentación de la leche. Uno de los beneficios más conocidos de los lácteos fermentados es que son probióticos, es decir, sus bacterias se instalan en nuestros intestinos y ejercen un efecto protector y beneficioso para la flora intestinal (efecto probiótico).
Hay estudios que ponen en duda que sobrevivan las bacterias en el estomacal, por lo que se duda de que estos lácteos fermentados sirvan como probióticos.
Foto de yogur con frutas. Para que el yogur sea probiótico hay que consumir prebióticos, es decir, vegetales con fibras altamente fermentables, como tienen las zanahorias, peras y tubérculos (patatas, boniatos,…)
¿El ácido del estómago mata las bacterias probióticas del yogur?
Es cierto que las bacterias probióticas que contienen los lácteos fermentados son sensibles a los ácidos estomacales, que son capaces de matarlas y evitar que éstas lleguen al intestino intactas para poder colonizarlo y ejercer sus efectos beneficiosos.
Por este motivo, para evitar la muerte de las bacterias antes de llegar al intestino, los suplementos probióticos (de bacterias) se suelen tomar en cápsulas protectoras que resisten los ácidos del estómago (cápsulas con recubrimiento entérico), o bien en megadosis, contando la pérdida de las bacterias por los ácidos estomacales. La presencia de una cápsula con cubierta entérica es un aspecto importante a tener en cuenta en el momento de comprar un buen suplemento probiótico.
¿Qué opinan los expertos sobre que los lácteos probióticos?
En congresos de la Gut Microbiota for Health World Summit se llegó a decir que los yogures no podían considerarse probióticos por este motivo (Se desconoce la postura actual de la asociación).
Sin embargo, esto es una suposición bastante teórica. Se ha observado en estudios que los lácteos fermentados aportan ciertos beneficios como disminución de la inflamación, colesterol, hipertensión, tolerancia a la glucosa, etc. Esto puede ser debido al efecto probiótico (bacterias saludables que colonizan los intestinos), a la ingestión de componentes que liberan las bacterias en el lácteo, etc.
Por otra parte, algunos expertos defienden que los lácteos fermentados son buenos probióticos porque consideran que el ácido del estómago es neutralizado por la leche, lo que aumentaría la supervivencia de las bacterias probióticas.
¿Se recomiendan los lácteos fermentados?
En conclusión, los lácteos fermentados son el tipo de lácteos que tienen más estudios a favor. No parecen un alimento «malo», aunque lógicamente son prescindibles y en determinados casos muy concretos quizás sería recomendable evitarlos.
Esperamos haberle aclarado un poco la duda, aunque en nutrición no hay nada sabido al 100%.
Prebióticos para mejorar la eficacia del yogur
En cualquier caso, es importante acompañar los probióticos (tanto en suplementos como de lácteos fermentados) del consumo de prebióticos porque favorecen que las bacterias saludables colonicen o se instauren en el intestino.
No todos los tipos de fibra tienen efecto prebiótico, es decir, no toda la fibra fermenta, y dentro de las fermentativas, hay unas mejores que otras. Por ejemplo, el salvado de trigo o los cereales tipo fibre son irritantes intestinales, laxantes y poco fermentativos, no perjudican la composición de la flora intestinal. Además, algunos alimentos tienen unas propiedades prebióticas mejores que otros. Por ejemplo, la patata prebiótica, el almidón resistente o la manzana al horno son excelentes para la microbiota o flora intestinal.
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15 mayo, 2020
