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Clases de nata
¿Cuantos tipos de nata hay?
La clasificación de los diferentes tipos de nata se suele realizar por la cantidad de su contenido graso, por el cual también se destinaran a diferentes utilidades.
La nata puede ser destinada a numerosas finalidades, por ejemplo:
– Elaboración de postres.
– Decoración de postres al montarse.
– Elaboración de productos secundarios obtenidos a partir de esta materia prima, como la mantequilla
– Como acompañamiento en forma de cremas y salsas.
¿Cómo se clasifican los diferentes tipos de nata?
Las natas se clasifican de acuerdo a su mayor o menor contenido en grasa. De menor a mayor concentración de materia grasa, podemos encontrar los siguientes tipos de nata:
– La nata fresca: La encontramos en estado líquido con una textura liquida y ligera con porcentajes entre un 15-18% de materia grasa o también líquida pero más espesa, con un contenido sobre un 18-23% de materia grasa.
En ningún de los dos casos se puede montar. Se puede emplear en elaboraciones culinarias en las que se desea reducir el aporte calórico, en comparación del mismo plato o postre, también elaborado con otras natas con más contenido graso.
– Nata para montar: La nata para poder ser montada, necesita un contenido más alto en grasa y espesor. Para éste fin podemos utilizar una nata con un contenido en materia grasa entre un mínimo del 30 o 35% hasta un 48%, como por ejemplo la nata para montar o la nata doble, que contienen estos porcentajes respectivamente.
La diferencia entre ambas reside en su estabilidad estructural posterior al batido, siendo ésta menor cuanto menor sea su porcentaje en grasa. Se puede utilizar en postres y como ingrediente o en decoraciones de repostería. (Más información)
– Nata para untar: Con porcentajes superiores a éstos últimos, como entre el 50 y el 55%, la nata empieza a tener una consistencia muy espesa y como mantecosa, resulta ideal para untar
¿Qué es la nata agria?
También podemos disponer de otro tipo de nata diferente a los anteriores por su sabor y contenido: la nata agria.
A la nata agria, como a los yogures, se les ha añadido microorganismos que provocan su fermentación y posterior acidificación, y por tanto, un sabor ácido-agrio que resulta ser muy apreciado en algunas culturas mediterráneas.
Más información sobre la nata y sus derivados.
22 abril, 2019