Contenidos
- 1 Frutas de temporada de otoño e invierno
- 1.1 Importancia de comer frutos en invierno
- 1.2 Beneficios de comer frutas de temporada
- 1.3 Frutas de estaciones de otoño e invierno
- 1.4 Frutos de otoño e invierno: Los frutos secos
- 1.5 Lista de frutos secos que disponemos en invierno
- 1.6 Principales frutos de invierno: Fruta seca o desecada
- 1.7 Frutas frescas de otoño e invierno: La granada
- 1.8 Los apetitosos cítricos
- 1.9 Los caquis, ricos en betacarotenos
- 1.10 Los exóticos membrillos, frutos de otoño e invierno
- 1.11 Beneficios de los membrillos
- 1.12 Los frutos silvestres: el escaramujo y el madroño
- 1.13 Madroño, las cerezas del otoño
- 1.14 Frutas tropicales y exóticas
Frutas de temporada de otoño e invierno
Importancia de comer frutos en invierno
Aunque con las modernas técnicas de fruticultura podamos disponer de frutos a lo largo de todo el año, es conveniente comer los frutos propios de cada temporada que nos ofrece la naturaleza, en cada momento del año.
Foto de frutos secos y fruta seca tal como se encuentra en los mercados
Beneficios de comer frutas de temporada
En primer lugar, los frutos de temporada suelen ser más económicos que aquellos que proceden de cultivos muy especializados o que son importados de otros países.
En segundo lugar, si comemos los frutos bien maduros de la estación, tendremos un aporte de vitaminas y minerales superior que si compramos aquellos que han sido guardados verdes en las cámaras frigoríficas y han tenido una maduración artificial, por lo que sus características nutricionales son inferiores.
En tercer lugar, los alimentos de temporada son más ecológicos y respetuosos con el medio ambiente que los que han tenido que ser importados o madurados en cámaras frigoríficas, pues no sería sostenible que toda la población se alimentase continuamente de estos alimentos.
Además, el sabor y el olor de los alimentos cosechados en su punto del árbol presentan características superiores.
Frutas de estaciones de otoño e invierno
Seguir los ritmos estacionales de la vegetación es el mejor consejo para aprovechar los beneficios de las frutas y además nos permitirá disfrutar de los colores y sabores de cada estación, variando nuestra alimentación con alimentos naturales.
La madre naturaleza es sabia y provee los alimentos más adecuados en cada época del año. Así, en verano, aparecen las sandías, con su refrescante jugo y su enorme provisión de agua, para compensar las pérdidas de líquido producidas por el calor. Poco apetecería en invierno una tajada de este fruto bien frío. Sin duda alguna, unas buenas castañas calentitas nos serían entonces más apetecibles. Efectivamente el frío se puede combatir mejor con un buen puñado de higos secos, muy adecuados durante la época de otoño e invierno. Lo saben las ardillas, que comen grandes cantidades de nueces y bellotas, o los pájaros que persiguen los frutos del acebo, muy ricos en azúcares y extremadamente tóxicos para los humanos.
Frutos de otoño e invierno: Los frutos secos
Aunque pocos son realmente los frutos que se producen durante el invierno, podemos contar con algunos que, producidos durante el verano u otoño, conservan todo su potencial durante el invierno.
En realidad, los frutos secos tienen una conservación muy buena, por lo que se pueden encontrar en cualquier época del año, siendo un alimento excelente en invierno, por su elevado potencial energético y su alto valor nutricional, rico en hidratos de carbono, grasas, fibra, vitaminas y minerales.
Lista de frutos secos que disponemos en invierno
Se trata de los frutos secos, que están adecuadamente protegidos por sus cáscaras, como avellanas, nueces o castañas:
Foto de frutos secos: nueces, avellanas, almendras y pistachos
Principales frutos de invierno: Fruta seca o desecada
Otros frutos son aquellos que han sido deshidratados:
Foto de higos secos sin azúcar
Frutas frescas de otoño e invierno: La granada
La granada es uno de los primeros frutos que aparece en otoño. Tiene un sabor dulce y astringente, pero destaca sobre todo porque presenta un elevadísimo contenido en antioxidantes, entre los que destacan la vitamina C, y polifenoles como los flavonoides, el ácido elágico y los taninos.
Foto de una granada abierta
Estos componentes nos proporcionan los antioxidantes que necesita el organismo durante los cambios estacionales para prevenir los resfriados y gripes.
La granada y el jugo de granada son dos alimentos muy adecuados en invierno, que además, por su elevado contenido en ácido elágico, se ha relacionado con la prevención del cáncer.
*Véase: Propiedades de la granada
Los apetitosos cítricos
Naranjas, mandarinas, pomelos, limones y otras frutas del grupo de los cítricos se encuentran en pleno apogeo en otoño e invierno, cuando alcanzan su madurez y mayor dulzor.
Todas ellas son frutas muy recomendables por su alto contenido en vitamina C, tan importante para aumentar las defensas, para ayudar a prevenir los resfriados en otoño e invierno, o para disminuir los síntomas de la gripe.
La vitamina C también es necesaria para mantener los huesos, los dientes, la piel o los capilares, al ser indispensable para la síntesis de colágeno, el «sustento» de estas estructuras. Un buen vaso diario de zugo de naranja con un poco de limón o pomelo nos ayudará a defendernos contra el resfriado.
Su riqueza en azúcar, especialmente en fructosa, los hace fácilmente asimilables por el organismo, por lo que pueden ser comidos por los diabéticos (en raciones adecuadas para la diabetes).
Además de estas propiedades, todos ellos constituyen los mejores antioxidantes por lo que, comiendo estos frutos, depuraremos agradablemente nuestro organismo. Al favorecer la absorción del hierro, se convierten en estupendas ayudas para impedir la aparición de la anemia.
No debemos olvidar, sin embargo, que la vitamina C se oxida rápidamente en contacto con el aire, por lo que, preferiblemente, se beberán sus jugos recién exprimidos o se pelarán las frutas en el momento que queramos comérnoslos.
Las naranjas parecen proceden probablemente de las zonas asiáticas de la India, Birmania y Malasia, desde donde fueron llevadas al norte de África y, desde aquí, fueron introducidas a Europa durante la Edad Media.
Los cítricos no llegaron al Nuevo Mundo hasta después del descubrimiento por los colonizadores españoles. Las naranjas amargas no se comen directamente sino que se utilizan para confeccionar mermeladas y constituyen el aromatizante del licor curazao.
Los caquis, ricos en betacarotenos
Foto de caqui, palosanto o persimon
Los caquis, persimon o palosantos (Diospyros caqui) son uno de los frutos tradicionales de las estaciones de otoño e invierno. Se trata de una de las frutas con mayor contenido en betacarotenos, que le dan su particular coloración anaranjada.
Estos componentes tienen propiedades antioxidantes, encargadas de neutralizar los efectos negativos de los radicales libres que son responsables de la aparición de numerosas enfermedades degenerativas, entre las que se encuentran, por ejemplo, la pérdida de visión, la enfermedad de Parkinson o el envejecimiento prematuro.
*Más información: Propiedades del caqui
Los exóticos membrillos, frutos de otoño e invierno
Los membrillos son unos frutos de la misma familia que el manzano, tienen una forma parecida a la de una pera, pero son más grandes de tamaño, más duros y muy ásperos. Aunque el otoño sea la época mejor para la recolección de los membrillos, podemos disponer de esta fruta hasta bien entrado el mes de enero.
Fruto de membrillo
Los membrillos eran frutos considerados como el símbolo de la fertilidad en Grecia, donde a las novias se le ofrecía uno de estos frutos en el día de su boda. Destacan enseguida por su fragancia, que ha sido utilizado como desodorante, para dar perfume a muchas alcobas.
No podemos decir que resulten muy agradables al gusto cuando se comen frescos, dada su aspereza, pero son muy útiles para formar compotas, o jaleas y sobre todo la exquisita carne de membrillo, entre las que destaca el famoso «codonyat» valenciano (dulce de membrillo). Todas estas preparaciones van acompañadas de azúcar, por lo que resultan muy calóricas, principalmente porque se les añade mucho azúcar, y se deben tener en cuenta con regímenes para adelgazar o si se sufre obesidad o diabetes.
Beneficios de los membrillos
Por otra parte, los membrillos resultan muy astringentes, por lo que nos serán útiles para detener la diarrea, o episodios de enfermedad de Crohn, colon irritable, etc. Son también muy ricos en vitamina C y en pectina, que es un tipo de fibra suavizante del estómago, resultando muy adecuado para combatir la gastritis.
Si queremos, podemos hervir las semillas con agua hasta conseguir una gelatina con propiedades astringentes para cuidar la piel, tratar el mal de anginas o la inflamación de los ojos.
Los membrilleros fueron cultivados por primera vez en la región caucásica situada junto a las cercanías del Mar Caspio y el Mar Negro. Aparece por primera vez documentado en el año 600 aC y parece que fue cultivado con anterioridad a las manzanas entre el 200 y 100 aC.
*Información relacionada: Receta y propiedades del dulce de membrillo
Los frutos silvestres: el escaramujo y el madroño
Otros frutos que se pueden encontrar en las estaciones de otoño e invierno son el escaramujo y los madroños, unos alimentos prácticamente restringidos a la recolección silvestre, ya que no suelen cultivarse con fines comerciales.
Fruto de escaramujos
El escaramujo es el fruto del rosal silvestre (Rosa canina L.). El consumo de este fruto silvestre es relativamente poco conocido, aunque merece la pena recuperarlo debido a que tiene uno de los contenidos en vitamina C más elevados de entre todos los frutos, superando a las frambuesas y a cualquier cítrico.
Para ilustrar esta afirmación, podemos ver en una tabla de alimentos ricos en vitamina C que, por 100g., los escaramujos aportan 500mg. de vitamina C, mientras que otros frutos como el limón aportan 50mg. de esta vitamina. La forma de comerlos es en mermeladas, siguiendo el procedimiento siguiente:
*Más información: Receta de mermelada de escaramujos
Madroño, las cerezas del otoño
El madroño es un arbusto que se encuentra en los bosques mediterráneos y europeos principalmente. Sus frutos presentan un alto contenido en fructosa y tienen principios medicinales como la arbutina, con propiedades contra las infecciones urinarias.
Otra cualidad destacada de este fruto es su alto contenido en flavonoides (32,37 mg. /100 g. de porción comestible). El 80% de ests flavonoides son del tipo antocianinas. Los madroños también se pueden comer crudos, directamente del árbol, durante las excursiones por el bosque.
*Más información: Propiedades de los madroños
Frutas tropicales y exóticas
Algunos son importados de otras latitudes más cálidas donde reina una bonanza permanente, o son producidos en la calidez permanente de los invernaderos, como mangos, piñas o ananás, plátanos, la papaya y demás frutas tropicales. Otros, menos abundantes, tienen su plenitud durante esta estación, como las naranjas, limones y demás cítricos, anteriormente mencionados.
Escojamos unos u otros, no hay razón para privarse durante estos días de frío de las ventajas que ellos nos ofrecen.
En el artículo presente les hemos propuesto diferentes opciones de frutas para disfrutar de los alimentos naturales que ofrece la naturaleza en las estaciones de otoño e invierno. ¡Deseamos que los disfruten!
Plantas silvestres comestibles
Más información sobre los frutos de invierno.
19 agosto, 2024