Acai, una palmera de Sudamérica
El Acai (Euterpe oleracea) es una palmera monoica y multicaule común en la vegetación de la selva amazónica y algunas zonas de Sudamérica. Tiene de forma esbelta, distinguida por sus estípites delgados y altos, que pueden alcanzar los 8 – 25 metros de altura por 7 – 20 centímetros de diámetro.
Esta palmera es muy común en toda la selva amazónica, donde encuentra sus condiciones óptimas para crecer en el dosel de los espesos bosques, con las inundaciones periódicas de las tierras. Se calcula que esta palmera ocupa una superficie de 10.000 kilómetros cuadrados.
Historia del Acai
En la imagen: dibujo de Acai (Euterpe oleracea). |
Los pueblos amazónicos han aprovechado esta palmera desde los tiempos precolombinos. Su fruto era un apreciado alimento, rico en grasas. Las hojas de acai se usan para alfardas de techos de casas, y también sombreros, escobas y cestos. El estípite (tronco) de la palmera se utiliza para la construcción de casas y mobiliario debido a que es resistente a las plagas.
El acai fue descrito como Euterpe oleracea por el botánico y médico alemán Carl Friedrich Philipp von Martius en el año 1824.
Sin embargo, el boom de esta fruta se hizo popular en Norte América cuando el famoso Doctor Nicholas Perricone, en el show de Oprah Winfrey, lo anunció como un “fantástico alimento para la belleza que desafiaba el envejecimiento”. También lo promocionó en sus libros acerca el anti-envejecimiento.
Actualmente se utilizan los frutos de acai, para la obtención de la pulpa de acai, de zumo de acai, de los estípites se extraen los palmitos en conserva; y de las raíces desecadas se elaboran decocciones con propiedades medicinales. Las semillas de acai se utilizan en la artesanía y joyería de los pueblos: para la elaboración de collares, pendientes, pulseras, etc.
El cultivo intensivo del acaí se ha extendido dentro del territorio brasileño, durante los años 1980 y 1990. En 1996 se produjeron más de 86 toneladas de palmito de acai, y en el año 2000, en Brasil se vendieron más de 120.000 toneladas de fruto de acai.
En esta industria trabajan las familias de los pueblos cercanos al amazonas, principalmente en Manaus, Belem y Pará. Los hijos y padres cosechan las frutas de acai, que generalmente deben transportar rápidamente en barco hasta la planta de elaboración de pulpa de acai. En la planta, las mujeres trabajan de madrugada (para poder dedicarse a sus hogares por el día) para despulpar el fruto y finalmente obtener la pulpa de acai congelada 11 horas después de su cosecha, pues es una fruta muy perecedera y el proceso debe ser rápido.
Cerca del 12% de la superficie forestal amazónica fue destruida entre los años 1970 y 2002, debido a la deforestación por explotaciones agrícolas y a los incendios forestales.
En la actualidad, muchos grupos ecologistas alertan del impacto ecológico que suponen las explotaciones de palma de acai en selva virgen, la mayoría destinadas a la obtención de pulpa o palmito, ya que carecen de un programa de reforestación posterior.
Sabía que… El Acai es una palmera de gran importancia para la población brasileña, especialmente en el estado de Belém. El cantautor brasileño Nilson Chávez describió en la canción Sabor Açaí, los sentimientos hacia esta valiosa palma. La canción Sabor de Açaí que se ha convertido en el himno de este fruto. |
Leyenda del Acai
«Hubo un tiempo, hace cientos y cientos de años, en que la escasez de alimentos atacaba el pueblo de Pará. La población no tenía suficiente alimento para alimentar a todas las familias, por lo que el jefe de la tribu, Itaki, impuso una nueva ley que dictaba sacrificar a todos los nuevos recién nacidos del poblado.
Poco tiempo después, Iaçá, hija de Itaki, quedó embarazada. Durante la gestación, Iaçá imploró a Tupá, su Dios, que ofreciera a su pueblo un alimento que pudiera salvar el fruto de su vientre. Pasaron los meses y nació una preciosa niña. Como dictó el decreto, después de ser amamantada, la niña fue sacrificada, como todos los recién nacidos hasta el momento. Desolada, Iaçá permaneció apagada y triste desde ese momento, y nunca más recuperó su sonrisa.
Una noche, mientras dormía, a Iaçá le pareció escuchar el llanto de su hija en la selva. Se despertó y anduvo buscando el origen de esos gritos hasta que encontró la imagen de su hija en los pies de una esbelta palmera. Iaçá acudió a su ayuda, la abrazó y la imagen se desvaneció…
Iaçá falleció abrazada a esa palmera, sonriendo y con la mirada hacia arriba, de donde colgaban vistosos racimos de frutos morados.
Recogieron los frutos y de su prensado obtuvieron un jugo rojizo, que llamaron Açaí, («Iaçá» leído al revés) en memoria de la hija de Itaki».
Actualmente, en ciudad de Belém se bebe más zumo de Acai que de leche: su consumo se estima en 200.000 litros de zumo de acai diarios entre su población, de aproximadamente 1,3 millones de habitantes. De hecho, el acai tiene un contenido en calcio casi igual a la leche, con el valor añadido de sus antioxidantes. |
Más información sobre el acai.
23 mayo, 2024