Contenidos
- 1 La mejor píldora de vitamina C
- 1.1 Jugo de grosella para el envejecimiento
- 1.2 Grosellas para una dieta saludable
- 1.3 Una baya con mucha vitamina A
- 1.4 Una baya con mucha vitamina B
- 1.5 Una fruta rica en minerales
- 1.6 Un buen preventivo de enfermedades urinarias e intestinales
- 1.7 Precauciones con las grosellas
- 1.8 Las mejores grosellas
- 1.9 Composición de las grosellas frescas por cada 100g
La mejor píldora de vitamina C
Foto de grosellas rojas y blancas |
Lo que más destacan en la composición de la grosella es su ingente cantidad de vitamina C., especialmente las grosellas negras, que contienen mucha mas vitamina C que las naranjas. Su contenido es tan elevado que basta ingerir 35 o 40 grosellas para cubrir la cantidad que un individuo adulto necesita cada día.
El contenido en vitamina C (ácido ascórbico) de esta baya es el que le da su sabor tan ácido característico. Este hecho es el que determina que muchas personas rechacen este fruto por considerarlo demasiado ácido con lo que están rechazando todas las virtudes que la ingestión de este vitamina representa.
Comer grosellas habitualmente nos ayudará a reforzar nuestras defensas previniendo las infecciones y ayudándonos a recuperarnos de nuestras enfermedades.
Son bien reconocidas las propiedades antioxidantes de la vitamina C. Por estas propiedades, al comer grosellas, estaremos proporcionándole a nuestro organismo el mecanismo natural para eliminar los radicales libres que son los causantes de numerosas enfermedades que producen la degeneración y el envejecimiento de nuestro cuerpo.
Jugo de grosella para el envejecimiento
En Gales se llevo a cabo un experimento en el año 1982 con ratones genéticamente escogidos por ser muy longevos que parece demostrar las propiedades de esta fruta contra el envejecimiento..
A estos ratones se les proporcionó una dieta de jugo concentrado de grosella negra, mientras que otros ratones pertenecientes al mismo grupo de ratones con genes longevos se les suministro una dieta sin este alimento. Los ratones que comieron jugo concentrado de grosella negra vivieron bastante más.
Dibujo de la planta. Detalle de los frutos y una flor
Más modernamente, se ha comprobado que la ingestión de alimentos antioxidantes puede ayudar a prolongar la vida. Comiendo estos alimentos nos mantendremos más jóvenes y fuertes durante más tiempo.
Nuestra piel se conservará más lozana; conservaremos mejor la salud de nuestros ojos, la capacidad de curar nuestras heridas se verá incrementada; tendremos una mayor resistencia a ciertas enfermedades circulatorias como la hipertensión o enfermedades respiratorias como el asma. Entre los mejores antioxidantes tenemos la vitamina C, la vitamina A o ciertos flavonoides, como los antocianósidos. De todos ellos las grosellas son muy ricas.
La vitamina C es necesaria también para la absorción del hierro, por lo que resulta imprescindible en las personas que deseen hacer una dieta vegetariana. Se ha comprobado que el jarabe de grosella negra o también llamado jarabe de casis mantiene por más tiempo la vitamina C, por lo que se recomienda su consumo.
Grosellas para una dieta saludable
Resulta muy conveniente incluir este alimento natural dentro de una dieta saludable. Aquellas personas que encuentren esta fruta demasiado ácida siempre tienen la posibilidad de mezclarla con otras frutas menos ácidas para rebajar su acidez.
También se pueden comer en forma de mermeladas, jaleas o compotas, si bien, en este caso, hay que tener presente que contienen muchos más azúcares añadidos, lo cual deben tener en cuenta las personas con diabetes o las que están realizando dietas para perder peso.
Una baya con mucha vitamina A
Además de un elevadísimo contenido en vitamina C, las grosellas son muy ricas en vitamina A en forma de carotenos. En este caso las grosellas negras contienen una proporción mucho mayor que las rojas o blancas. Los carotenos se encuentran en los colores vivos de estos frutos. Una vez ingeridos, nuestro organismo los transforma en vitamina A.
Esta vitamina constituye, junto con la vitamina C, otro de los mejores antioxidantes por lo que su acción viene a reforzar las propiedades vistas anteriormente. Se ha comprobado que la deficiencia de esta vitamina produce cansancio general y una facilidad mayor a adquirir infecciones.
Comer grosellas constituye una manera eficaz de fortalecer el sistema inmunitario por lo que resulta muy adecuada para prevenir la aparición de muchas enfermedades contagiosas, especialmente del aparato respiratorio: anginas, gripe, resfriados, faringitis, etc. Ejerce sus propiedades antibacterianas que pueden ayudar a combatir las infecciones de la piel en heridas, para prevenir la expansión de las verrugas o las infecciones vaginales.
Las grosellas revitalizarán nuestro organismo al actuar sobre las células favoreciendo el metabolismo celular, de manera que, después de comer este fruto, nos sentimos más activos y fuertes.
No deben olvidar la importancia que tiene comer esta fruta aquellas personas que más necesitan un aporte de vitamina C, como las mujeres embarazadas o lactantes, los fumadores, las personas que tienen pocas defensas (los enfermos de cáncer o de sida, los que se les infectan las heridas con facilidad, los que se resfrían habitualmente, etc.)
Una baya con mucha vitamina B
Las grosellas contienen cantidades considerables de vitamina B, especialmente vitamina B5 (Ácido pantoténico) y vitamina B3 (Niacina). El ácido pantoténico interviene en el metabolismo de los alimentos, en la formación del hierro y en el mantenimiento del sistema nervioso e inmunitario.
Se ha comprobado que la ingestión de alimentos ricos en esta vitamina ayuda a combatir el estrés, reduce el colesterol, mejora las enfermedades reumáticas y ayuda a disminuir la aparición de migrañas.
La niacina ayuda a mantener el buen estado de la piel, contribuye también a mantener los nervios sanos y a mejorar la circulación. Deficiencias pequeñas de niacina pueden manifestarse en forma de alteraciones del sistema nervioso, como nerviosismo, ansiedad, depresión, insomnio, irritabilidad y, en casos más graves, en forma de demencia.
Una fruta rica en minerales
Las grosellas contienen cantidades considerables de calcio, potasio, hierro, magnesio y manganeso.
Sabemos la importancia que tiene el calcio en el desarrollo y mantenimiento del sistema óseo. Las grosellas ayudaran a los jóvenes a tener un esqueleto fuerte y bien desarrollado y a las personas mayores les resultarán de utilidad en la prevención de la osteoporosis o descalcificación.
No debemos olvidar la importancia que este mineral tiene en la dieta de las embarazadas o lactantes. El contenido de este mineral en las grosellas negras es superior al de las rojas.
El potasio es necesario para mantener el equilibrio de los líquidos. Contrarresta al sodio e impide la retención de líquidos o el aumento de la presión arterial. Ayuda a relajar los músculos, incluido la relajación del músculo cardíaco. Interviene en el metabolismo corporal. La falta de este mineral se manifiesta en forma de taquicardias, calambres en las piernas, diarrea, debilidad muscular, etc.
El hierro es un mineral muy importante para nuestro organismo. La carencia de hierro produce la falta de glóbulos rojos lo que determina la aparición de una enfermedad conocida como anemia.
El magnesio interviene en la formación de los huesos, es necesario para el buen estado de los nervios y de los músculos y del adecuado ritmo del corazón. Una falta de este mineral se manifiesta principalmente en forma de contracciones musculares acompañadas de dolor, arritmias cardíacas, fatiga corporal, etc.
El manganeso interviene también en la formación de los huesos y de la sangre, en el metabolismo de las grasas y de las proteínas, así como en la elaboración de ciertas enzimas.
Un buen preventivo de enfermedades urinarias e intestinales
La capacidad que tiene esta fruta en inhibir el desarrollo de bacterias, como la Escherichia coli, resulta muy útil para evitar las infecciones de las vías urinarias, así como las infecciones intestinales. Comer grosellas ayudara a evitar enfermedades como cistitis, uretritis, nefritis, etc.
Las grosellas negras son las más adecuadas para prevenir infecciones del intestino.
La propiedad bacteriostática parece ser que se debe a que las bayas ácidas, como las grosellas, las frambuesas o los arándanos, contienen sustancias que no dejan que las bacterias se enganchen en las paredes del intestino o las vías urinarias.
Esta explicación, según las últimas investigaciones, parece ser más convincente que la anterior, que sugiere que era el carácter ácido de estos frutos es el que no deja que se desarrollen estos microorganismos.
Las grosellas contienen una cantidad elevada de taninos, especialmente cuando no están muy maduras, por lo que resultan adecuadas para el tratamiento de la diarrea. A medida que maduran su contenido en taninos disminuye y aumenta su contenido en pectina. Por lo tanto, comer esta fruta bien madura puede ayudar a prevenir el estreñimiento.
Precauciones con las grosellas
En general la mayoría de las personas toleran muy bien estas bayas. Sin embargo, dado su elevado contenido en vitamina C, que les proporciona una gran acidez, no se recomienda esta fruta en personas con estómagos delicados, especialmente en aquellas personas que tienen problemas de acidez, gastritis o reflujo gástrico.
Los preparados de grosellero negro, incluidas las bebidas, deben diluirse para que no produzcan caries dental.
Algunas personas son alérgicas a estos frutos, por lo que deben evitarlos.
Las mejores grosellas
Existen muchas variedades de grosellas. Si se quiere comer grosellas dulces, es mejor elegir la variedad blanca que la roja. Las grosellas negras tienen un aroma más especiado, aunque su piel es más basta. Se suelen utilizar para elaborar mermeladas o zumos.
El contenido en vitaminas y minerales de las grosellas negras es superior en la mayoría de los casos al que poseen las grosellas blancas o rojas.
Las grosellas no se suelen comer solas dado que resultan generalmente demasiado ácidas para la mayoría de las personas. Lo ideal es combinarlas con otras frutas más dulces como melocotones, uvas, etc bien en macedonia o para la elaboración de confituras o compotas. Se pueden también comer frescas en las ensaladas junto con otras verduras y frutas.
Es necesario comprar las grosellas de temporada. Se compran frescas en el mercado y no se pueden guardar por mucho tiempo ya que se estropean. Lo mejor es, una vez compradas, desgranarlas y prepararlas al instante.
Composición de las grosellas frescas por cada 100g | ||
Componente | Grosellas rojas o blancas | Grosellas negras |
Agua | 83,95 g | 81,96 g |
Calorías | 56 Kcal | 63 Kcal |
Grasa | 0,2 g | 0,41 g |
Proteína | 1,40 g | 1,40 g |
13,8 g | 15,38 g | |
Fibra | 4,3 g | — |
Potasio | 275 mg | 322 mg |
Sodio | 1 mg | 2 mg |
Fósforo | 44 mg | 59 mg |
Calcio | 33 mg | 55 mg |
Magnesio | 13 mg | 24 mg |
Hierro | 1,00 mg | 1,54 mg |
Zinc | 0,23 mg | 0,27 mg |
Cobre | 0,107 mg | 0,13 mg |
Manganeso | 0,186 mg | 0,256 mg |
Vitamina C | 41 mg | 181 mg |
Vitamina B1 (Tiamina) | 0,040 mg | 0,050 mg |
Vitamina B2 (Riboflavina) | 0,050 mg | 0,50 mg |
Vitamina B6 (Piridoxina) | 0,070 mg | 0,066 mg |
Vitamina A | 120 IU | 230 IU |
Vitamina E | 0,100 mg | 1,00 mg |
Folacina | 8 mcg | …. |
Niacina | 0, 100 mg | 0,300 mg |
Más información sobre las grosellas.
28 diciembre, 2022