Contenidos
- 1 Historia del ajo como planta medicinal
- 1.1 Ajo, uno de los mejores remedios para la circulación
- 1.2 Ajo, el mejor antibiótico natural
- 1.3 Vinagre de los cuatro ladrones
- 1.4 Ajo para el mal de altura
- 1.5 Ajo para la gota y las carnes
- 1.6 Ajo para ayudar a curar el resfriado y la tos
- 1.7 Otros usos antibióticos del ajo
- 1.8 Ajo para aumentar las defensas y mejorar la inmunidad
Historia del ajo como planta medicinal
El uso de ajo como planta medicinal se remonta a miles de años en la historia. Los primeros vestigios documentados sobre el consumo del ajo datan de los años 2.500 a.C. en el Antiguo Egipto. Los faraones egipcios daban ajos a los trabajadores de sus pirámides para que se mantuvieran sanos y fuertes, junto con cebollas y rábanos, tal como atestiguan los grabados encontrados en la Pirámide de Keops de Gizeh.
En el que se considera uno de los documentos escritos más antiguos del mundo, el Papiro de Ebers (1.700 a.C.), los egipcios describen diferentes remedios con esta planta. Se cree que el ajo llegó a considerarse un alimento sagrado y que por ello se encontró en muchas tumbas egipcias como en la del faraón Tutankamon. También consta que consumían ajos los sumerios en Mesopotamia.
El ajo aparece en numerosas obras por sus usos alimentarios y medicinales.
Los romanos y los griegos describieron las virtudes del ajo, que aparece como alimento medicinal en textos de Herodoto, Teofrasto, Plinio, Aristóteles, Dioscórides y Galeno.
El médico griego Hipócrates, considerado como padre de la medicina moderna y autor de la conocida cita: Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina; describió muchos de los usos medicinales del ajo para los que aún se prescribe.
Actualmente se conoce que el ajo contiene más de 2.000 sustancias activas, que son los mencionados aceites volátiles, compuestos organosulfurados (solubles en agua y en aceite), flavonoides, fibras, vitaminas,etc.
Ajo, uno de los mejores remedios para la circulación
De todas las propiedades que se han dicho del ajo, a raíz de su uso tradicional para curar muchas enfermedades, los beneficios que más se sustentan o con los que más coinciden los estudios científicos en la actualidad son sus propiedades para mejorar enfermedades de corazón y circulatorias.
El ajo favorece una buena circulación: es hipotensor, vasodilatador, antioxidante y reduce el colesterol. Una mejor circulación sanguínea permite un aporte mayor de oxígeno a las células y por lo tanto una mayor limpieza de las toxinas celulares.
La presencia de componentes sulfurosos, así como la aliína, y del ajoeno, la hace muy importante en otorgar a esta planta propiedades antitrombóticas o antiagregantes (no formación de coágulos en la sangre) por lo que resulta muy adecuada para fluidificar la circulación sanguínea y evitar o luchar contra las enfermedades circulatorias siguientes: arteriosclerosis, hipertensión, colesterol, infarto de miocardio, angina de pecho y otras relacionadas con una mala circulación como las hemorroides.
Los principios del ajo, la alicina y el ajoeno, disminuyen la tensión arterial y ayudan a fluidificar la sangre, por otra parte, tiene flavonoides que ayudan a impedir la formación de placa de ateroma, causante de la arteriosclerosis y la mala circulación.
En algunos estudios sobre el ajo para el colesterol se ha observado que comer 2 dientes de ajo diariamente durante 1 mes aumenta el colesterol bueno y disminuye los niveles de colesterol malo.
(Medio gramo de tintura al día) (Crudo en ensalada) (Maceración de 100 gramos de ajo en 400 gramos de alcohol de vino. Media cucharadita antes de irse a dormir) (Comer 1 o 2 dientes de ajo al día) (Recetas saludables con ajo) (Salsa ajoaceite saludable)
*Más información: Ajo para mejorar la circulación y la hipertensión
Ajo, el mejor antibiótico natural
El ajo es uno de los mejores bactericidas naturales, porque sus principios impiden la proliferación excesiva de bacterias que pueden causar intoxicaciones o infecciones.
Se ha demostrado en experimentos in vitro que su poder antibacteriano es eficaz contra Escherichia coli (causante de diarreas y algunas infecciones urinarias), algunas especies de Salmonella (causantes de intoxicaciones alimentarias y fiebre tifoidea), Bacillus, Shigella y Staphylococcus (ausantes de intoxicaciones alimentarias), Mycobacterium tuberculosis (causante de tuberculosis).
En cuanto a los hongos, in vitro se ha observado capacidad contra algunos tipos de levaduras. También aumenta la producción de interferón (IFN), una sustancia que produce el cuerpo para luchar contra virus.
Por todo ello podemos afirmar que el ajo ayuda a mejorar ciertas infecciones bronquiales, gastrointestinales o urinarias. Esto significa que el ajo es un buen coadyuvante en el tratamiento médico de estas infecciones, pero no es seguro confiar únicamente en sus propiedades una vez se ha producido la infección. (Sólo el ajo crudo tiene propiedades antisépticas potentes) (Comer ajo crudo machacado) (Jarabe de ajo macerado en miel: 7 cucharadas diarias)
Vinagre de los cuatro ladronesEs famosa la historia de «El vinagre de los 4 ladrones «, que nos cuenta como en 1721 cuatro condenados a muerte fueron dejados en libertad con la condición de que enterraran a los muertos de la peste de Marsella. Se dice que no se contagiaron porque bebían una maceración de vino con ajo y otras plantas medicinales. |
Ajo para el mal de altura
Comer ajos puede ayudar a los deportistas, escaladores, esquiadores o turistas a respirar mejor cuando escalan montañas o simplemente cuando se va de excursión a la alta montaña. Mantener una dieta rica en ajo ayudará a mejorar los síntomas del mal de altura o a prevenir su aparición.
Ajo para la gota y las carnes
Los componentes sulfurosos del ajo ayudan a eliminar el ácido úrico, causante de la gota. Una dieta rica en purinas, como las que se encuentran en las carnes rojas o en el pescado azul, hace que se acumule ácido úrico, produciendo la enfermedad llamada gota.
Antiguamente la gota se denominaba la enfermedad de los reyes porque sus dietas eran ricas en purinas (carnes). Hoy en día, el mismo problema sucede a muchas personas -no necesariamente reyes- por comer demasiados alimentos ricos en purinas (carnes, embutidos, fiambres, salchichas, hamburguesas,etc.).
Se ha comprobado que la alicina que contiene el ajo ayuda a disminuir los niveles de ácido úrico. Para que tenga estas propiedades, el ajo tiene que comerse machacado en crudo, ya que así es como se forma la alicina por contacto con el oxigeno. En el ajo cocido, frito o sofrito no hay este principio activo.
Ajo para ayudar a curar el resfriado y la tos
Por su contenido en compuestos ricos en azufre, es uno de los mejores remedios para ayudar al organismo a luchar contra procesos infecciosos del aparato respiratorio (bronquitis, faringitis, EPOC,etc.), digestivo (putrefacciones intestinales, diarrea,etc.) y urinario (infecciones renales, cistitis, etc.)
El ajo es un remedio especialmente indicado para calmar la tos de origen bacteriano por sus funciones de expectorante. (Maceración durante 10 días de medio kilo de ajos machacados en un litro de vino blanco. Tomar 3 cucharadas diarias) (15 gotas al día de extracto fluido repartido en 3 tomas. Se vende en farmacias y herbolarios)
*Más información: Ajo para el resfriado
Otros usos antibióticos del ajo
Las propiedades bactericidas del ajo pueden aprovecharse para combatir o prevenir las intoxicaciones alimentarias. (Utilizar ajo crudo y machacado en la conservación, maceración y elaboración de las comidas)
Por sus propiedades bactericidas, resulta especialmente indicado cuando el dolor de oídos responde a un infección interna del oído medio. (Comer ajo crudo en ensaladas)
Tradicionalmente el ajo se ha utilizado como antihelmíntico para eliminar las lombrices intestinales, algo muy habitual en los niños pequeños. Igualmente las decocciones de dientes de ajo triturados se utilizan para expulsar la tenia o solitaria.
Ajo para aumentar las defensas y mejorar la inmunidad
El ajo tiene diferentes sustancias que ayudan a potenciar la inmunidad. Por un lado, su efecto antiséptico ayuda a luchar contra posibles infecciones que puedan atacar el organismo. También es uno de los alimentos más ricos en vitamina B6, cuyo déficit se caracteriza por problemas inmunitarios.
Los extractos de ajo con alicina han demostrado aumentar la actividad de las células inmunitarias, como los macrófagos o los linfocitos T, que son los «vigilantes» del organismo. También reduce los procesos de inflamación.
El flavonoide quercetina del ajo, por sus efectos antihistamínicos, resulta muy útil para disminuir las reacciones alérgicas producidas por el polen.
Más información sobre el ajo.
6 noviembre, 2022