Contenidos
- 1 Jardín de verduras y hortalizas
- 1.1 Ubicación del cultivo: ¿Cuál es el mejor lugar para cultivar verduras y hortalizas?
- 1.2 Un espacio soleado y protegido
- 1.3 Mejores condiciones para cultivar verduras y hortalizas
- 1.4 Un terreno bien regado, pero con un drenaje adecuado
- 1.5 Un terreno bien fértil y trabajable para verduras y hortalizas
- 1.6 Cómo organizar el huerto de verduras y hortalizas
- 1.7 Faenas en el huerto de verduras y hortalizas
Jardín de verduras y hortalizas
Ubicación del cultivo: ¿Cuál es el mejor lugar para cultivar verduras y hortalizas?
Si pretendemos cultivar verduras y hortalizas en un terreno propio o dentro de nuestro propio jardín, tendremos que considerar en principio si nuestro jardín o parcela cumple los requisitos adecuados en cuanto a sol, luz o temperatura, composición del suelo, drenaje y riego.
Un espacio soleado y protegido
El mejor emplazamiento para cultivar este tipo de plantas es una parcela abierta, libre de árboles y muros altos que le proporcionen sombras dado que las verduras y hortalizas necesitan una exposición soleada. La presencia de árboles, además de robarles la luz y el sol, les quita muchos nutrientes y agua, dos elementos que son muy necesarios para una buena producción.
Algunos cultivos que prefieren temperaturas menos elevadas, deberán protegerse mediante otros cultivos más elevados. Así, por ejemplo podemos cultivar judías a pleno sol haciéndolas trepar sobre cañas de manera que proporcionen sombra a otros cultivos que no les gusta un sol muy fuerte como los guisantes.
Una pared más baja o una valla que permita la entrada del sol no supone ningún inconveniente e incluso puede ser utilizada para que puedan agarrarse algunas plantas trepadoras.
En lugares más fríos, los terrenos resguardados bajo los muros y orientados hacia el sur serán ideales para plantar verduras y hortalizas cuando empiece la primavera o cuando llegue el otoño. También servirán para proteger los cultivos que prefieren mucho sol en verano.
Además de parcelas abiertas, las verduras y hortalizas también requieren un emplazamiento protegido ya que no soportan los vientos. Con vientos moderados la producción puede disminuir hasta una tercera parte, pero con vientos fuertes nuestro huerto no prosperará en absoluto si no se ponen los remedios adecuados. Para conseguir huertos productivos en lugares ventosos debemos utilizar rompevientos.
Los rompevientos en jardines grandes pueden ser realizados con setos vivos o con árboles. Sin embargo para el huerto familiar o el jardín-huerto es mejor realizar otro tipo de rompevientos ya que este tipo de vegetación, además de tardar mucho tiempo en establecerse, roba demasiada agua y nutrientes.
Las mejores protecciones para reducir la fuerza del viento son las mallas rompevientos que se venden en centros especializados de jardinería y que se sujetan con postes alrededor del jardín o entre los mismos cultivos.
Si deseamos colocarlos alrededor de nuestro jardín deberemos pensar en una malla rompevientos de unos dos metros de altura sujeta con postes bien anclados sobre el terreno. En caso de que queramos colocar mallas entre los cultivos, utilizaremos estructuras de aproximadamente medio metro de altura que sujetaremos con cañas. Este tipo de estructuras se colocará provisionalmente en épocas ventosas y se debe quitar en épocas menos ventosas.
Disponer de una parcela o jardín en casa propia es un buen motivo para plantar unos árboles frutales y para cultivar una buena cantidad de verduras y hortalizas. En la foto se puede apreciar un huerto casero elaborado en el patio posterior de una casa.
Al fondo, los árboles frutales, y en primer plano, unos cuadros de ajos y lechugas. Este patio posee una orientación este, por lo que recibe directamente el sol por la mañana. Las casas posteriores y el muro le protegen de los vientos fríos. Este huerto esta separado del huerto colindante por un pequeño muro de piedras que no le impide recibir directamente la luz solar.
Mejores condiciones para cultivar verduras y hortalizas
Las verduras y hortalizas necesitan un riego abundante de manera que disponer de un pozo o un punto de agua será imprescindible para mantener la humedad constante que necesitan estas plantas, especialmente en verano y sobre todo las plantas con raíces superficiales para que no espiguen y se mantengan frescas.
Un terreno bien regado, pero con un drenaje adecuado
La mejor agua de riego es el agua de lluvia, por lo que, si es posible, se recomienda disponer de contenedores grandes para poder recogerla. Dado que resulta muy difícil disponer de las posibilidades de recoger este tipo de agua, deberemos disponer de una toma de agua corriente.
El riego conlleva mucho trabajo y dedicación. La mejor manera de mantener las verduras y hortalizas en perfectas condiciones es proporcionarles un sistema de riego automático, bien sea mediante aspersión o, mejor aún, mediante goteo, que es el que resulta más eficaz y sostenible. (Ver tubos de goteo instalados en un huerto para el cultivo de fresas en la foto de la derecha)
Aunque las verduras y hortalizas requieren suelos húmedos, pero no soportan los encharcamientos, que les producen podredumbres en las raíces y la aparición de numerosas enfermedades. Para evitar este problema debemos disponer de un suelo con un drenaje adecuado. Para ello, lo primero que se impone es escoger un lugar que facilite la salida del agua y un terreno que no la retenga demasiado.
Si nuestra parcela dispone de una pequeña inclinación, esta facilitará el drenaje de una forma natural. Tampoco conviene que nuestra parcela presente un desnivel demasiado grande, puesto que, además de la dificultad de trabajar en ella, la lluvia erosiona demasiado el terreno.
Aún así, se pueden cultivar perfectamente verduras y hortalizas en una ladera siempre que tengamos la precaución de escalonar el terreno, creando un sistema de cultivo en terrazas planas. Cuando no sea posible realizar el escalonamiento, también se puede cultivar si ordenamos los macizos en sentido contrario a la inclinación del suelo.
A la hora de planificar el drenaje del suelo, juega un papel muy importante la naturaleza del suelo. Los distintos tipos de suelo retienen el agua de manera diferente.
Los suelos ligeros de naturaleza arenosa son muy porosos y presentan un drenaje muy intenso, incluso excesivo para algunas de estas plantas, mientras que los suelos arcillosos retienen demasiado el agua. Tanto en unos como en otros se deberán realizar enmiendas para conseguir unos suelos equilibrados.
Ello se consigue con la adición de materia orgánica o mediante las técnicas de drenaje adecuadas. Por ejemplo para aumentar la capacidad de drenaje de un suelo arcillosos se suele realizar una zanja bastante profunda que posteriormente se cubre con grava.
Un terreno bien fértil y trabajable para verduras y hortalizas
Las verduras y hortalizas prefieren suelos sueltos y ricos en materia orgánica, con un pH, ligeramente ácido situado entre un 6 o 6,5. No les gustan los suelos que se apelmazan se endurecen demasiado o aquellos que se resecan con facilidad, sino aquellos que siempre mantienen un determinado grado de humedad y, al mismo tiempo, se deshacen entre los dedos.
Este tipo de suelos es el que permite la existencia de organismos que airean el terreno y lo transforman haciéndolo más cultivable, como los gusanos de tierra.
Las verduras y hortalizas requieren que el suelo se mantenga fértil. Para ello es importante aportar los fertilizantes adecuados de manera que el huerto conserve su fertilidad. Disponemos de una gama elevada de abonos que pueden ser utilizados a este fin, tanto abonos de tipo orgánico (estiércol, compost, abono verde, humus de lombriz o mantillo) como fertilizantes químicos. Estos, a su vez, pueden ser sólidos o líquidos. En general, para un huerto familiar y ecológico, es preferible la utilización de abonos orgánicos tanto por su capacidad para mantener las propiedades del suelo como porque las verduras y hortalizas cultivadas en este tipo de suelos es más sana y de superior calidad.
Una vez al año resulta conveniente aplicar una capa de entre 2,5 y 10 cm de espesor de materia orgánica para que el huerto se mantenga fértil y la tierra tenga la textura adecuada. Al mismo tiempo esta capa o » mulch» ayuda a conservar la humedad y temperatura del suelo. La materia orgánica utilizada con mayor frecuencia es el estiércol bien hecho, aunque también se puede utilizar tierra de jardín, algas marinas, fibra de coco, etc. Normalmente, en suelos pesados y muy húmedos, este se aplica en otoño, colocándolo sobre la tierra para que sea incorporado al suelo por los gusanos. Para la mayoría de los suelos conviene aplicarlo en primavera y principios de verano, siempre que el suelo no este todavía frío, reseco o mojado. También puede aplicarse en el momento de la plantación.
Cómo organizar el huerto de verduras y hortalizas
A la hora de organizar la estructura de nuestro huerto de verduras y hortalizas podremos tener en cuenta las siguientes posibilidades:
- Parcelas: Consiste en dividir nuestro jardín en fragmentos grandes donde pueden cultivarse un tipo de verduras u hortalizas o combinarse adecuadamente diferentes tipos. Las parcelas tienen un diámetro de varios metros. Dentro de ellas se disponen las verduras y hortalizas en forma de hileras separadas. Para acceder a las mismas debemos pisar la parcela. Dividir el huerto en parcelas ha sido la forma tradicional de cultivo de estas plantas y todavía se sigue utilizando especialmente para grandes plantaciones.
- Macizos o arriates: Un macizo o un arriate es una división mas pequeña que la parcela. Es un tipo de partición en la que la superficie cultivada posee un diámetro más reducido que no suele superar el metro y medio. Los macizos están separados mediante un sistema de caminos y el centro de cada macizo puede ser alcanzado desde el camino. De esta manera, a diferencia de lo que ocurría con las parcelas, se pueden cultivar verduras u hortalizas sin pisar el suelo. Cuando los macizos se sitúan paralelamente junto a un muro se denominan arriates.
- Los macizos pueden tener diferentes formas (cuadrados, rectangulares, redondos, etc). Los macizos han sustituido prácticamente a las parcelas en el cultivo de verduras y hortalizas, especialmente en el huerto doméstico. Además de resultar mucho más decorativos, son mucho más funcionales porque permiten conservar mejor el suelo ya que parte de este no se pisa y porque facilitan la rotación de cultivos.
- No hay que olvidar tampoco que esta técnica de cultivo permite una mayor aprovechamiento de los recursos como el agua y los nutrientes que deben aplicarse exclusivamente en el macizo y no sobre las divisiones o caminos que los separan. Además, constituye una manera más organizada de distribuir las plantas, que permite cultivar mayor número de especies en menor superficie.
- El material con el que están formados los caminos puede ser de muchas maneras. Existen macizos con los caminos de césped que resultan muy decorativos pero que conllevan un gran trabajo de mantenimiento y un consumo muy elevado de agua. Otras veces se realizan simplemente cubriendo el terreno con un plástico para que no crezca la hierba y, posteriormente, se tapa este plástico con grava. Otro de los procedimientos es cubrir los caminos con losas de piedra o cerámica, dispuestas de la forma adecuada para que resulten lo más decorativas posibles.
- Macizos o arriates de perennes: Son macizos o arriates separados para verduras y hortalizas perennes, como las alcachofas o los espárragos.
- Macizos de especias, plantas aromáticas o medicinales : Si se trata de hierbasanuales o bianuales, como, por ejemplo, el perejil o el orégano, pueden cultivarse en los bordes de los macizos de verduras u hortalizas. En caso de que sean arbustos perennes como la salvia, el romero o la menta es mejor que constituyan macizos separados. (Véase más información sobre el cultivo de plantas aromáticas o cultivo de plantas medicinales)
- Macizos de flores y verduras u hortalizas: En este caso dentro de un macizo se combinan las flores ornamentales con verduras y hortalizas que poseen propiedades mas o menos decorativas.
- Cultivo en macetas o contenedores: Si no disponemos del espacio necesario para cultivar las verduras u hortalizas, podemos utilizar macetas y colocarlas en nuestra terraza o balcón. También disponemos de bolsas especiales para cultivar ciertas hortalizas como lechugas o tomates. Cada vez son también más populares los dispositivos para cultivar verduras y hortalizas en casa.
*Información relacionada: Asociación y rotación de cultivos de verduras y hortalizas
Faenas en el huerto de verduras y hortalizas
Después de una planificación adecuada, tanto la preparación del huerto como su el cultivo nos obligará a una serie de tareas constantes para obtener el mejor rendimiento y la mejor calidad posible, como la preparación del suelo, la siembra o trasplante, la fertilización, el riego, el control de malezas, la prevención o tratamiento de las plagas y enfermedades, el control de malezas, etc.
Más información sobre cultivos del huerto, tareas y cuidados.
5 septiembre, 2022